Durante muchos años nuestra Suprema Corte Justicia de la Nación ha sido la reina madre del sistema jurídico mexicano.
Porque ya sea a través de su facultad de atracción para resolver asuntos de vital trascendencia, o por conducto de sus ejecutorias sobre los temas en que es competente, ha sido la Corte la que marca el rumbo y criterio legal en cada materia, pues de los precedentes que emanan de sus pronunciamientos se derivan las tesis o jurisprudencias de observancia obligatoria que impactan para su uso en casos concretos en todo el país.
Dicho de otra manera, cuando la Suprema Corte aborda un rubro jurídico determinado en los diversos temas constitucionales, penales, laborales, fiscales, civiles, etcétera, es una guía para los operadores del Derecho sobre el rumbo que habrá de seguir el papel de los jueces federales o locales y para la representación o defensa de tal o cual tema en el litigio.
Por eso hoy nace la pregunta: ¿Qué rumbo tomará la Suprema Corte después de la histórica elección judicial que vivimos?
El próximo Presidente del Máximo Tribunal del País, Hugo Aguilar, ha dicho que acercarán la justicia al pueblo, y está bien, sí se necesita mucha más cultura de la legalidad, sobre todo en las personas con menos recursos económicos.
Sin embargo, considero que más allá de esa “parte política” que nace a raíz de la reforma y la elección, realmente necesitamos una Suprema Corte que no tarde en definir con claridad el rumbo de nuestro sistema jurídico: ¿Qué criterios novedosos van a marcar el antes y después de esta evolución en nuestro sistema judicial?
En materia penal, ¿Flexibilizarán un poco el debido proceso a fin de “apoyar” la labor de las Fiscalías, o continuarán rigiendo las reglas de derechos humanos con todo rigor?
En materia laboral, ¿Regresaremos a la época trágica de la peligrosa aplicación de la suplencia de la queja en favor de los trabajadores (no todos son vulnerables) y al “no corte” en los salarios caídos durante el proceso laboral? ¿O habrá sensibilidad al complejo escenario patronal?
En materia civil, ¿Por fin la Corte propiciará la facilitación de los procesos ordinarios, o la idea es no tocar el tema y dejar que jamás la justicia mexicana sea pronta y expedita?
Y así sucesivamente, en cada materia.
Otra vez: ¿Qué rumbo tomará la Suprema Corte? Es un gran tema, porque en las legislaturas locales y federales generalmente discuten tópicos que lamentablemente poco reflejan la realidad de los justiciables.
La fuente del Derecho del México moderno ha sido la Corte, ojalá no tarde tras su nueva conformación en elegir un camino y que éste sea justo, apegado a Derecho y sobre todo ajustado a la realidad actual, y no con subjetividades políticas.
Estaremos atentos.