La Palabra de Dios que proclama y se escucha en la misa dominical es orientación a la vida cotidiana.
Este domingo, el apóstol Santiago dice: “Hermanos míos donde hay envidias y rivalidades, ahí hay desorden y toda clase de obras malas”, este texto tiene mucha actualidad, remarca de las catástrofes humanas: “¿de dónde vienen las luchas y los conflictos entre ustedes? ¿no es acaso de las malas pasiones que siempre están en guerra dentro de ustedes? ¿ni es acaso, de las malas pasiones que siempre unas están en guerra dentro dentro de ustedes? Ustedes codician lo que no pueden tener y acaban asesinando.

Ambicionan algo que no pueden alcanzar y entonces combaten y hacen la guerra. ¿No es acaso, de las mala pasiones, que siempre están en guerra dentro de ustedes?”. Haya en nuestro interior una guerra original que es el principio de todas las guerras.

No obstante si anida en el corazón de cada persona una chispa de luz que puede transformarlo todo.
“Los que tienen la sabiduría que viene de Dios son puros ante todo. Además son amantes de la paz, compresibles, dóciles, están llenos de misericordia y de buenos frutos, son imparciales y sinceros”.
Pero si no dejamos que esa sabiduría permee nuestro corazón, no tendremos la posibilidad de rasgar el velo que nos impide liberarnos de las ataduras del mal.

Así, ofuscados, volveremos nuestra atención hacia las cosas efímeras, sin importancia: “¿De qué discutían por el camino? Pero ellos se quedaron callados, porque en el camino habían discutido sobre quién de ellos era el más importante”? es como si Jesús nos preguntara: “¿Qué guerra hay dentro de ustedes?”
Esas guerras internas del corazón humano se libran de dos maneras: sirviendo y acogiendo con cariño.

El servicio es un medio para romper con las predisposiciones y nos enfrenta a la realidad desde abajo, en actitud de humildad y de espera.

Se puede orar con palabras del Salmo 53: “El Señor es quien me ayuda. Sálvame, Dios mío, por tu nombre, con tu poder defiéndeme. Escucha Señor mi oración y a mis palabras atiende”.

Que la paz y el amor del buen Padre Dios permanezca siempre con ustedes.