Lo que vimos el fin de semana pasada cuando en un twitt la gobernadora de Campeche amaga con sacar información del Senador Ricardo Monreal, luego dice que ya no hará públicaesa información y luego que siempre sí. Después en la mañanera del lunes el presidente López Obrador comenta que quiere mucho a Layda y a Ricardo, por lo que creo que en el siguiente martes del jaguar no seguirá ese pleito. Lo que acabo de exponer es un claro ejemplo de lo que se vienedespués de la elección presidencial del 2024. El hundimiento del movimiento de regeneración nacional desde adentro, con sus propios militantes y partidarios.
No me imagino que exista un morenista que antes no sea lopezobradorista; hoy en día todos los “morenistas” antes de tatuarse el logo de morena, se tatuarían la cara del presidente López Obrador. Al hacer giras el presidente por toda la república, los militantes morenistas en los estados buscan tomarse la mejor foto posible con el líder moral del movimiento porque con eso tienen para hacer campaña para el siguiente puesto político, vendiéndole a la gente que son cercanos a AMLO.
El espacio público ha cambiado mucho, desde el siglo anterior los partidos políticos comenzaron a representar intereses organizados y adoptaron esos intereses antes de una confrontación dialéctica real. Más adelante con la aparición de los nuevos medios de comunicación, en particular las grandes agencias de noticias en manos o bajo una importante influencia del Estado, el espacio público dejó de estar ocupado por ciudadanos razonantes y se sometió a una cultura integradora y de mero consumo de noticias y entretenimiento, ósea, se reestructuró con fines puramente “expresivos y manipulativos”.
Explicando lo anterior se puede deducir como diría Jurguen Habermas que existe una indudable relación entre razón y realidad; la realidad se construye en gran medida de la interacción, a través de la comunicación. En vista de lo anterior, la razón debe estar estructurada también de forma comunicativa.
Eso es precisamente lo que ha faltado a la oposición en México. ¡No saben comunicar!, porque la relación de su razón y su realidad dista mucho de la razón y realidad de la mayoría de los mexicanos. Y ahora, si el movimiento de regeneración nacional se queda después del 2024 sin su líder moral, no habrá forma que pueda durar mucho con el apoyo popular.