Durante la semana que iniciamos, los encargados de los ministerios del comercio, la agricultura, servicios y otros conceptos de exportación e importación de, Estados Unidos, México y Canadá se reunirán en este último país para iniciar formalmente la revisión del Tratado Comercial de América del Norte. Las tres naciones aspiran a que el acuerdo comercial continúe, favoreciendo a las economías de los tres países, sin menguar el fortalecimiento interno de sus economías. Aunque hay el antecedente de que la actual administración del magnate busca imponer criterios proteccionistas en los mercados de su país, los cuales buscan que tengan alcances en el acuerdo comercial.

Por lo pronto esta semana viajaron a Canadá los principales representantes de los productores ganaderos como es Osvaldo Chazaro Montalvo, Homero García de la Llata, presidente y secretario de la Confederación Nacional Ganadera, lo acompañan algunos dirigentes ganaderos del país, como Julio Gutiérrez Chapa presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas quien se hizo acompañar de prominentes ganaderos tamaulipecos, que participaran en los trabajos del TLCAN.

Hicieron lo propio productores de otras regiones como Michoacán cuyo aguacate de esa región tiene una amplia y exclusiva preferencia en los mercados de Canadá y Estados Unidos, los mismo que productores de entidades como Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Guanajuato.

En el renglón del comercio, estaban prevista la participación de empresarios de entidades como Nuevo León, Tamaulipas, el de Estado de México, León, Guanajuato, Jalisco. Yucatán, Tabasco, Veracruz y la Ciudad de México, entre otras entidades.

Aunque pareciera que son más los conceptos que los mexicanos importan de Estados Unidos, no así de Canadá, la apertura de mercados ha sido y seguirá siendo un facilitador para que los óptimos productos mexicanos, desde la ropa, el calzado, alimentos de conserva y perecederos, lo mismo que accesorios de automóviles que demanda los Yanquis se producen en México, así como acero, los petroquímicos y el gas natural de la Cuenca de Burgos.

Además de la becerrada de destete que se exporta por Sonora, Chihuahua y Tamaulipas, que es una carne fresca con la que la carne argentina y brasileña le es difícil competir y por lo mismo la producción de los ranchos tamaulipecos, son en nuestros tiempos destinos del ganado en pie, que lo fueron el siglo anterior los restaurantes del extinto Distrito Federal, hoy Ciudad de México.

Sin embargo, mucho se ha dicho y se ha escrito sobre los más de 20 años de tratado comercial, en los que se ha cuestionado los nulos beneficios de ese acuerdo para los mexicanos, que visto más allá de los paradigmas de una izquierda pervertida por el capital, ha agudizado la dependencia económica y por lo mismo ha puesto en jaque la autonomía alimenticia.

Es necesario reconocer, que si bien por ese acuerdo comercial ciertos segmentos de la producción mexicana dejaron de reflejar en los índices del crecimiento del país, también es verdad que el acuerdo les ha permitido a industriales, comerciantes y agricultores colocar sus productos a precios que les han permitido subsistir ante los altibajos de la economía nacional.

No deja de ser cierto, que con el Tratado Comercial, se acentúo el nulo crecimiento de la economía nacional y las finanzas son más débiles. La deuda del país está triplicada, el dinero es más caro, los salarios son deficitarios y los políticos cada día son más vulnerables a actos de corrupción.

Nada tiene que ver lo anterior con las gestiones nefastas del secretario general de la sección 30 de maestros Rigoberto Guevara Vázquez, quien busca la manera de justificar su incompetencia para desempeñar el cargo para el que fue electo, en mal momento, por lo profesores tamaulipecos.

Los maestros bien nacidos lamentan que en el momento en que el profesorado requería a un dirigente legitimo y con agallas para defender sus intereses, este se haya entregado a los hombres del poder y además les haya dado rienda a sus pasiones parentales y, que lejos de consolidarse como un frente del sector pensante de la sociedad tamaulipeca, como son los profesores, hayan entregado como dicen el medio rural, “en mazorca” la representación sindical.