Vivir y vivir bien; vivir con salud, con seguridad, con justicia. Hoy vivir en paz consigo mismo, y con nuestro prójimo, han dejado de ser un anhelo de muchos compatriotas, para convertirse en una prioridad, y a pesar de la adversidad, los mexicanos seguimos teniendo la esperanza de mejorar nuestra calidad de vida, porque estamos convencidos de que aún hay muchas cosas buenas por hacer, y otras tantas que hemos hecho equivocadamente, y que debemos dejar de hacerlas.

Por ello, pueblo y gobierno, tenemos que trabajar unidos, olvidándonos de las diferencias ideológicas o de pertenencias a partidos políticos, incluso, a diferencias de carácter económico, religioso o de género; concepto que no es nuevo, pero que habremos de repetir cuantas veces sea necesario, porque suele quedarse sólo en el discurso.

Platicando con un grupo de personas de la población, considerada marginada y de la clase media en vías de marginación, me dicen que debido a todos los condicionantes que favorecen la decadencia moral de la sociedad, han ido dejando en el camino de la inequidad, los sentimientos de pertenencia a diferentes organizaciones, tanto políticas como civiles, pero jamás podrían renunciar a ser mexicanos, de ahí que, están en espera de un liderazgo natural, respaldado por la transparencia de sus buenas obras y logros personales por méritos propios y sin compromisos mezquinos, para sumarse al esfuerzo de recuperar las garantís constitucionales, desde luego, todo bajo el amparo de la legalidad.

Vivir y vivir bien, recuperando la confianza en las instituciones, fortaleciendo los valores positivos en un esfuerzo común, para reinventarnos como nación libre y soberana, donde se privilegie la buena educación, la calidad en salud, la legalidad y la democracia.

Correo electrónico:

enfoque_sbc@hotmail.com