Ante la inminente renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte hay más preocupación en el sector agropecuario, sobre todo agrícola, por su relación con la producción de grano. También hay incertidumbre de los agricultores mexicanos que advierten una desventaja mayor sus competidos de Estados Unidos.

Entienden y sabidos están que el gobierno de Estados Unidos cuando dice y argumenta que el TLCAN ha sido disparejo, es una alusión clara que defenderá por sobre todo a sus agricultores, los cuales tienen subsidios muy por encima de los que otorga el gobierno mexicano a sus productores de básicos.

Y que lejos de fortalecer el mercado interno de los básicos y en general al campo, cada vez menos productivo y por lo mismo menos incentivada la actividad primaria, sobre todo la agricultura. Ya que en 24 años de tratado comercial, en la cadena productiva son quienes menores expectativas de crecimiento han tenido. Sus finanzas siguen al borde de la quiebra.

Con insumos más encarecido como es el combustible, la semilla certificada y la maquinaria, son tres de los conceptos básicos que requiere un agricultor para desarrollar su actividad. Ante un ajuste reincidente de los incentivos de parte del gobierno federal.

Es así como los empresarios del campo, como son los productores de granos, paulatinamente han migrado a otras actividades. Luego de experimentar la invalidez de sus productos ante la alza de litro de combustible es incomparable con el precio del maíz, cuyo precio cayó en los últimos cuatro años de 4,500 pesos la tonelada a 3,800 pesos.

Mientras que el diésel, uno de los combustibles de mayor demanda para el uso agrícola, se cotiza en 17 pesos el litro

Por lo mismo, los productores organizados de distintas regiones del país cuestionan la indiferencia del secretario de la SAGARPA, José Calzada Ruvirosa, quien no ha promovido reuniones con los agricultores.

Y se cuestionan hasta dónde al país o los gobernantes de este, estén más interesados solamente en el renglón comercial de Tratado Comercial y no en el fortalecimiento del mercado interno, mucho menos del sector primario donde se producen los granos básicos que apuntalan la autonomía alimentaria.

Sobre todo, después de observar la apertura que ha tenido Idelfonso Guajardo, secretario de Economía, en los últimos meses en que ha celebrado cerca de 300 reuniones con asociaciones de empresarios, inversionista y hasta académicos e intelectuales.

Por ese motivo, pareciera que la balanza de este país se incline únicamente hacia el renglón comercial. Sin importar la autosuficiencia alimentaria. Ya que los déficit de granos básicos se importan de Estados Unidos o otras regiones como Brasil y Argentina.

En otro orden, ojalá que Ariel Longoria García, nuevo titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, cumpla con las expectativas del sector agropecuario, que en los últimos 24 años de priato en ganadería alcanzó un status en genética, reproducción, sanidad y comercialización, no visto en otras épocas. Por lo mismo se enfrenta a una “vara muy alta”.

Lo mismo que el presidente de la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, Julio Gutiérrez Chapa, quien, por ciento, ya cumplió 90 días en el cargo y no ha presentado un informe de esa noble organización.

Tanto Julio como Ariel tiene una severa responsabilidad ante los retos de Tratado Comercial, ya que esta Entidad puede obtener amplios beneficios o demasiados perjuicios por su naturaleza geográfica de constituirse como la frontera más inmediata con Estados Unidos.

También en la semana que transcurre recibió nombramiento de secretaria de Finanzas, María de Lourdes Arteaga Reyna. Al igual que Ariel ocupaba el cargo de subsecretaria.