Peña Nieto lleva 5 años de administración bajo señalamientos negativos; inculto, ineficaz, tramposo, incapaz para el ejercicio de la Presidencia. Su actuación, la de funcionarios que de él dependen, plena de corrupción e impunidad. Sus reformas en energía y educación, no entregan los benéficos resultados que prometió para México. Es el Presidente de México con más gobernadores y ex gobernadores bajo investigación judicial por delitos patrimoniales contra la nación y colusión con el crimen organizado, con varios de ellos en la cárcel. Las finanzas en caída; el Peso cayó de 13 por dólar a 19, con sustos por arriba de 20 pesos. La deuda externa se duplicó, superior a 8 mil millones de dólares. Rechazo social al Estado Mexicano. Desconfianza de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial. Rechazo hacia los elementos que conforman el Gobierno.

En este contexto nacional, más el caos social por la ausencia de seguridad en casi todas las entidades federativas del país, se debe cumplir con el proceso electoral 2018, que se ve desangelado por candidatos sin la fuerza que otorga el apoyo de la población. López Obrador es la válvula de escape de la impotencia y del coraje de millones de mexicanos ofendidos por décadas que han puesto su esperanza en PAN y PRI y están severamente decepcionados. No es López Obrador el salvador del país, es el señalado por resentimiento e impotencia para hacer pagar agravios a quienes han manejado el país, emoción que no es totalmente veraz, pues en cada ciudad del país conocemos a los que se han enriquecido en gobierno y la impunidad les permite continuar gozando de sus fortunas.

En este entorno se realizó el primer debate electoral 2018 en el que destacó las acusaciones de unos contra otros, con una ausencia fundamental, no se dijo cómo realizarán las pocas propuestas que expusieron; punto fundamental del debate, foro para dar a conocer a la población el cómo harán para cumplir sus promesas a favor del bienestar social y para coartar las ilícitas prácticas y sancionarlas, porque en este momento que vive México, de Estados Unidos importamos hasta justicia. Deseamos que aquellos mexicanos ex gobernadores y ex funcionarios sean juzgados en ese país para que sean castigados. De ser juzgados en México, Yarrington y Eugenio terminarían siendo inocentes o culpables de delitos menores y saldrían libres para gozar de su fortuna mal habida y aspirar al retorno político “para emparejarse”.

Seguridad Pública fue tema del debate. Sacaron agravios sufridos por la familia de dos de los candidatos. Las cifras bailaban como notas musicales; unos mostraban, otros refutaban. Ninguno explicó que hizo cuando fue gobernante para mejorar la seguridad pública, incluso al Bronco se le incrementó de manera terrible y rápido culpó a la federación.

Mientras en el debate se debaten palabras por quienes desean ser presidente de México, en una lamentable ausencia de acciones, en Tamaulipas se trabaja con empeño para mejorar la seguridad pública en la base fundamental, disponer de un cuerpo policial capaz, honesto, al servicio de la población combatiendo a quien comete delitos. El gobierno del estado continúa con el reclutamiento de elementos para la Policía Estatal. La meta del gobierno estatal es incorporar 7 mil elementos más para la Policía Estatal Acreditable, por lo que se está en búsqueda de aspirantes dentro y fuera del estado. Se les ofrece capacitación o formación en la Escuela de Seguridad y Justicia de Tamaulipas. El salario de los policías en Tamaulipas es de $15,900 mensual, reciben becas escolares para sus hijos, bonos para útiles escolares, estancias infantiles entre otras prestaciones. Los Policías de Tamaulipas gozan del segundo mejor salario (Diagnóstico Nacional sobre Policías Preventivas de Entidades Federativas; Secretaría de Gobernación).