Ya viene la Semana Santa, y con ella, los preparativos de miles de tamaulipecos que buscan incrementar su patrimonio, reforzar su situación económica, precaria como las intenciones del gobierno que no nos ha sabido responder, y que tienen en estos días una esperanza de levantar dinero, vuelo, recursos, o como se le quiera llamar, pero que es con la idea de salir un poco de esta crisis que nos ha tocado, injustamente, vivir y padecer.
Y siendo Tamaulipas un paraíso turístico en muchos sentidos, hay movimientos importantes, principalmente en la zona conurbada que está compuesta por tres municipios: Tampico, Madero y Altamira, y que constituye un punto de reunión de miles de mexicanos -y extranjeros- que llegan para disfrutar de las marravillosas aguas del Golfo de México que, generosamente baña nuestro litoral, haciendo del mismo la delicia de muchos.
El gobierno estatal tiene algunos programas que ya ha puesto en funcionamiento, y seguramente el gobierno federal, luego de tanto tiempo que ha pasado sin mucho que ver, pueda reforzar las tareas de promoción, que insistimos, en Tamaulipas tienen un representante importante en la zona conurbada, así como en Barra del Tordo, del municipio de Aldama, y en Matamoros, con su hermosa y tranquila playa.
Se inyecta dinero y se capacita al personal.
Hay empresas que se unen a los esfuerzos de la autoridad y envían a su personal a los cursos de preparación y mejoramiento de estrategia sy técnicas para ofrecer un mejor servicio. En la zona conurbada esto es pan de todos los días, y los hoteles y otras empresas que tienen que ver con el turista ya hacen cuentas, pero para ello, como comentamos, preparan sus cosas lo mejor posible, y a su personal, parra que no falte capacitación adecuada.
La Secretaría de Turismo del gobierno estatal ha insistido mucho en esta promoción, porque realmente es muy significativa la temporada en la economía estatal: recordemos aquellas imágenes en las que se distingue que no hay espacios en las playas por la cantidad desmedida de los paseantes, visitantes de muchos sitios del país y el extranjero que han encontrado en la playa Miramar uno de los más grandes tesoros naturales para pasar los días santos, los días en que muchos de nosotros tenemos descanso y tratamos de aprovecharlos con una adecuada convivencia familiar.
Es importante entender que hay una cantidad importante de actividades que se motivan en estos tiempos tan especiales, y además, son recursos que quedan ahí, para beneficio de los muchos habitantes de esta zona y de los que disfrutamos de esas visitas de fin de semana para bañarnos en las aguas del Golfo, tan especiales y que tienen un significado muy especial, amén de lo benéfico que resultan para el cuerpo humano.
Y en general, el litoral tamaulipeco tiene un potencial turístico muy importante, que aunque no se ha explotado adecuadamente, cuenta con recurso natural y algo más de inversión, que aunque a veces llega a cuenta-gotas, no ha dejado de fluir en beneficio no únicamente de los que paseamos ahí, sino de muchas familias de la zona, que se encargan de proporcionar los servicios adecuados y resuelven problemas de tipo económico familiar.
O sea: un “todos ganamos”, como dirían los promotores turísticos, porque la verdad es que en la medida que haya inversión hay liquidez, y eso es un parámetro que los economistas valoran mucho, por la trascendencia que tiene.
Expectativas no hay específicamente hablando, pero sí sabemos que hay una esperanza de que la inversión sea mayor, que la capacitación influya en el flujo de personas de otros lares, y que tengamos en la entidad una buena Semana Santa.
Y no solo las playas, porque tenemos turismo cultural, ecológico, de montaña y más, para delicia de miles de personas que gustan de contactarse con la naturaleza de una u otra forma.
No dejemos pasar la oportunidad, vivamos Tamaulipas turístico todos.

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