La inflación es un invasor dañino de la economía. Su evidencia, aumento de precios desde la cadena productiva, distribución y venta final, todo el proceso cuando el consumidor final paga por un producto. Ejemplos de encarecimiento, por desgracia sobran desde hace meses y no me refiero a que López sea el culpable, aunque si responsable de ejecutar maniobras y de establecer medidas oportunas, certeras, adecuadas, que den los mejores resultados para acotar el daño de la inflación, en lo que lamentablemente falla pues por convicción dispone bajo su criterio.

El efecto dañino de la inflación corre cual sangre por arterias, por las arterias de la economía y afecta más de no detenérsele con oportunidad. El aumento del precio del petróleo perjudica más que beneficiar pues el petróleo mexicano dejó de ser el más buscado en el mercado internacional y al estar sujetos a importar gasolina el precio de este combustible aumenta por efecto de petróleo más caro y repercute en la economía. Si el golpe es fuerte alcanza a las finanzas pues medidas como subir las tasas de interés encarece los créditos, la cadena productiva lo utiliza para operar y entonces pega a la paridad del peso/dólar, perdiendo valor el peso, de nuevo los artículos de consumo se encarecen y toda deuda en dólares, incluyendo la deuda externa. El ciclo inflación, daño y paridad de la moneda puede durar años. Ahí está la locura en los sexenios de López Portillo y De la Madrid.

La inflación en la primera quincena de febrero avanzó 0.42% respecto a la quincena previa, lo que llevó el indicador a 7.22% a tasa anual, (Inegi), encima del estimado 7.13%. El componente subyacente de la inflación (elimina bienes y servicios cuyos precios son volátiles y ayuda a determinar la trayectoria del indicador general en el mediano plazo) avanzó 0.43%, alcanzando tasa anual de 6.52%, nivel más alto desde julio 2001, lo que refuerza las expectativas de que el Banco de México siga subiendo su tasa de interés de referencia afectando de manera indirecta.

El índice de precios subyacente (incluye mercancías alimentarias (procesadas) y no alimentarias, servicios de vivienda y educación) aún no alcanza su pico. Es el que genera mayores alarmas. Su variación quincenal en febrero es la segunda más alta en dos décadas para una misma quincena y 63% superior al promedio registrado para dicho periodo. La inflación no subyacente avanzó 0.41%, llega a 9.33% a tasa anual. Son bienes y servicios cuyo precio responde a condiciones externas; clima o regulaciones del Gobierno.  En la primera quincena de febrero, los genéricos cuyo encarecimiento destacó por su incidencia sobre la inflación general, fueron limón, gas doméstico LP, automóviles, pollo, y carne de res.

Banxico externa preocupación por el constante incremento de la inflación subyacente de manera consecutiva por 14 meses y se mantendrá según su expectativa, hasta la segunda mitad de 2022, a pesar del plan que López dice tener para evitar los efectos externos de la guerra Rusia-Ucrania. Ojalá en este plan no participe otro López-Gatell. De ser así, agárrese, que ahí viene el 10 de mayo