Este material es parte considerable de las 13 mil toneladas de basura que genera diario la ciudad de México, de las cuales se recicla 1,900 toneladas y 8,600 termina en rellenos sanitarios. Desde el 1 de enero, en México las únicas bolsas permitidas son las compostables. El consumidor debe portar su bolsa o recipiente reusable para las compras.
México se suma a los gobiernos que buscan frenar el alud de plástico que afecta al medioambiente. Las naciones vecinas en las que se prohíbe total o parcialmente este material, o tiene regulaciones, son Colombia, Puerto Rico, Chile, Ecuador, Argentina, Perú y Costa Rica.
Informe publicado en Inglaterra analiza las bolsas compostables, material que se degrada más rápidamente que el plástico. La investigación fue por Green Alliance (¿Qué hace el sector alimentación sobre empaquetado?) Muchos venden envases descritos compostables o biodegradables, pero se convierten en compost (se obtiene por descomposición bioquímica en caliente de residuo orgánico, incluso, varios productos no son completamente asimilados. La encuesta señala que 80% de los británicos consultados piensa que el plástico biodegradable o compostable es bueno para el medioambiente, pero hay poca comprensión de lo que significa biodegradable y compostable, y cómo se debe tratar ese material.
Si las personas desechan las bolsas compostables y el plástico convencional de forma conjunta y lo tiran en basura, suponiendo que se biodegradará con rapidez, se genera daño al medioambiente. Además, las bolsas compostables no están disponibles en todas partes, la alternativa son bolsas de papel y de algodón. Para determinar qué material contamina menos hay que considerar cuestiones básicas: ¿Cuánta energía se usa para fabricar la bolsa? ¿Qué tan duradera es? ¿Cuántas veces se reutiliza? ¿Qué tan fácil se recicla? ¿Qué tan rápido se descompone?
Se necesita 4 veces más energía para fabricar una bolsa de papel que para una de plástico (Asamblea de Irlanda del Norte, 2011) El papel requiere tala de árboles, además de que al ser más pesado, su transporte implica gasto mayor de energía, lo cual se añade a su “huella” de carbono (totalidad de gases de efecto invernadero que emite, por efecto directo o indirecto), sin embargo, se desintegran más fácil y se puede reciclar, además muchos fabrican con madera de bosques renovables.
El plástico se genera a partir de derivados de la refinación de petróleo, industria que contamina, su transporte genera menos polución, pero es la opción contaminante que más perdura en el medioambiente al ser desechada. La bolsa de algodón dura más que la de papel o plástico, pero es la que mayor huella de carbono tiene pues exige alta cantidad de energía para la producción y fertilización del algodón.
La clave es la reutilización. La Agencia del Medioambiente británica determinó cuántas veces debe usarse una bolsa para que su vida útil compense su producción.
La bolsa de plástico debe ser reusada 4 veces, la de papel 3, la de algodón 131. A esto, añada que el papel es el material menos probable de soportar los tres usos necesarios. La clave es reducir el impacto de estas bolsas, sin importar el material y reutilizarlas lo mayor posible. Si se reemplaza una bolsa con frecuencia, el impacto medioambiental es mucho mayor.