En los últimos 30 años la preocupación por el medio ambiente, a la luz de la alarmante erosión y/o contaminación de bosques, selvas y océanos, ha despertado un renovado interés en el mundo de las plantas, el cual empieza a verse reflejado en diversos ámbitos, a nivel nacional e internacional.  Razón por la cual he querido dedicar esta entrega a referir varias piezas que me resultan de particular interés.

La Revista de la Universidad de México, que atinadamente dirije la talentosa escritora mexicana Guadalupe Nettel, titula su número 885, correspondiente al mes de junio, como “Plantas”, en donde Nettel invita a expertos nacionales e internacionales a exponer diversas perspectivas sobre el tema.  El que ha llamado más mi atención, debido tal vez a las referencias históricas, es el artículo de Stefano Mancuso y Alessandra Viola, “Sensibilidad e inteligencia en el mundo vegetal” y que a continuación refiero.

Esos seres vivos que durante siglos hemos considerado carentes de toda inteligencia, gracias al avance en la investigación científica, el debate ha terminado y se tiene por cierto que las plantas son seres inteligentes y sofisticados. Charles Darwin, biólogo, botánico, geólogo y zoólogo, en sus numerosas obras refirió que las plantas son criaturas extremadamente sofisticadas y complejas y consideró a sus raíces como un simil del cerebro humano, como una especie de “control de mando”.  Sin embargo, Mancuso y Viola opinan que tal vez Darwin no se atrevió a promover sus hallazgos sobre las plantas, debido a su polémica teoría de la evolución, que implicó innumerables debates para defender su tesis de que el ser humano desciende del simio.  Sin duda, su éxito en dicho debate, que consumió la mayor parte de su tiempo y energía, lo llevó a convertirse en uno de los primeros y más reconocidos científicos del mundo occidental.

Darwin dejó la tarea de promover la inteligencia y la importancia de las plantas a su hijo Francis, con quién realizó sus investigaciones botánicas y quién continuó con la obra de su padre.  Hacia principios del siglo pasado, Francis Darwin brindó una conferencia en la inauguración del congreso anual de la Asociación Británica para el Avance de la Ciencia, en donde afirmó fuerte y claro que las plantas son inteligentes, lo cual obviamente levantó un gran debate.  Como referí al inicio, hoy ese debate ha terminado.  Para mayor detalle le sugiero consultar “Plantas” en https://www.revistadelauniversidad.mx la cual incluye otros artículos sobre el tema, también muy interesantes, entre ellos, “Nuestro espejo en un bosque” de Sarah Aguilar Flashkart, sobre la relación de los mexicanos con la tierra y como los pueblos originarios vienen rescatando las relaciones tradicionales con la naturaleza.

La segunda pieza extraordinaria que quiero referir es también un rescate realizado por el Canciller Marcelo Ebrard y la Secretaría de Cultura, que hace dos años presentaron una edición facsimiliar de un códice herbolario del siglo XIV y que se trata, nada menos, que del texto medicinal más antiguo de América que reúne más de 7 mil años de conocimientos sobre el cultivo de las plantas y flores nativas de nuestra región.

El Códice de la Cruz-Badiano, titulado originalmente como “Opúsculo acerca de las hierbas medicinales de los Indios”, fue escrito e ilustrado en 1552 y ahora puede apreciarse de forma impresa, pero también digital en la siguiente liga:  https://codicecruz-badiano.com.  Apenas me enteré que era posible adquirirlo en la Secretaría de Relaciones Exteriores, me hice de un ejemplar que resulta ser una maravilla, al menos para mi, que siempre he apreciado profundamente las ilustraciones de los primeros naturalistas de la historia.

Podría afirmarse que la versión moderna del Códice de la Cruz-Badiano, da inicio con el hecho de que los medicamentos herbolarios son reconocidos por la COFEPRIS, la cual evalúa la información científica y otorga el Registro Sanitario, información que eventualmente el Consejo de Salubridad General integra en un Compendio Nacional de Insumos para la Salud, que comprende 9 libros, siendo uno de ellos el Compendio de Medicamentos Herbolarios.

Finalmente, he de referir un documental disponible en la plataforma “Netflix”, titulado “Fantastic Fungi” (Hongos Fantásticos). Cabe destacar que los hongos son considerados una especie que se ubica justamente entre el mundo animal y el de las plantas.  El documental, narrado a dos voces por un experto en el tema y una voz en off en primera persona (como si los hongos hablaran sobre sí mismos), refiere de forma increíble (por la fotografía y la historia que cuenta) el comportamiento de esos seres peculiares sin los que no seríaposible la vida en nuestro planeta, pues prácticamente participan en todos los procesos (nacimiento, desarrollo y muerte).  Poco se sabe de los hongos, pero por fortuna la ciencia avanza rápidamente y cada vez se descubren sus grandes beneficios, en particular para curar males que aquejan a la humanidad y que por años se han pensado intratables, como es el caso del cáncer o de las adicciones.

Desde luego, la Cámara de Diputados no podría ser ajena al interés renovado sobre las plantas, razón por la cual ha rediseñado su explanada principal para substituir especies importadas por aquellas de tipo endémico, que por obvias razones requieren menos agua y cuidados pues son nativas del Valle de México, en la siguiente liga se puede apreciar el nuevo jardín de San Lázaro: https://www.diputados.gob.mx/sustentabilidad/index.html.  Además, los Centros de Estudio de la Cámara de Diputados, próximamente desarrollarán una línea de investigación a cerca de los conocimientos tradicionales sobre las plantas, patrimonio inmaterial herbolario y agrobiodiversidad, el cual espero compartir con usted, amable lector, en este mismo espacio, para continuar cultivando nuestro conocimiento sobre esos seres que hacen posible la vida en nuestro planeta y a quiénes debemos abonar con nuestra atención consciente.

* La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión.