La autora es Secretaria General de la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión
Al explorar la vida y obra de grandes mujeres pioneras en la política de Tamaulipas (El Mercurio, 8 de diciembre, 2021) pude constatar la importancia fundamental de numerosas tamaulipecas en el mundo de las artes y la ciencia. En esta última destaca la transcendental obra pedagógica, fruto de su trabajo de investigación y experiencia laboral, de quién sentará precedentes en la educación de los menores de edad: La maestra Estefanía Castañeda y Núñez de Cáceres (1872-1937) nacida en ciudad Victoria el 8 de octubre. A ella se le reconoce, incluso a nivel internacional, por la fundación de la Escuela Modelo para Párvulos (antecedente de los jardines de niños, hoy educación preescolar), inspirada en educadores alemanes y franceses, método de enseñanza basando en el juego. Modelo que luego implantó en la capital del país, en estados de la República y el extranjero.
Obligado es mencionar a Teodosia, hermana de Estefanía, también educadora, fundó en Ciudad Victoria la Escuela Normal para Señoritas en 1900, antecedente remoto de la Escuela Normal Federalizada de Tamaulipas. Antes, Teodosia había sido directora del jardín de niños fundado por su hermana, reconocido como el primero en su tipo establecido en Tamaulipas (1896).
Con su nombre, la Normal para Señoritas indicaba la motivación y finalidad de su existencia, que era educar a las mujeres de la época, lo cual refleja una visión adelantada a su tiempo, si consideramos que por entonces la mujer tenía reservadas casi de manera exclusiva labores hogareñas y con grandes restricciones para desarrollarse en el ámbito profesional.
De ahí la relevancia de la fundación del Centro Cultural Obrero Para Mujeres, impulsado por la maestra Olivia Ramírez Pérez (1893-1935), quien fue educada en la normal fundada por la maestra Castañeda y era una mujer de ideales y vocación humanista, que sabía de la importancia de la educación como vía para la reinvindicación de las mujeres.
En el ámbito de las ciencias médicas, destaca la tampiqueña, Esther Chapa Tijerina (1904-1970), a quién se le reconoce por haber sido la primera mujer que obtuvo una cátedra por oposición en la UNAM.
En lo que se refiera a la literatura, destaca Ignacia Padilla de Piña, originaria de San Carlos, (1838-1912) quien fue la primera tamaulipeca cuyo trabajo aparece en una antología de poesía mexicana, según datos proporcionados por el cronista de Ciudad Victoria, Francisco Ramos Aguirre, quien asimismo menciona que en dicha antología aparece citada la matamorense Julia G. De la Peña de Ballesteros (1855), integrada desde muy joven a la redacción de periódicos dirigidos por Guadalupe Mainero, Irineo Paz y otros intelectuales.
Cabe recordar también a Rosa de Castaño, nacida en Camargo, Tamaulipas en el año de 1910. En 1941 recibió mención honorífica en el Premio Nacional de Literatura. A los 11 años hizo su primera obra de teatro, la cual puso en escena apoyada por sus compañeras de escuela, anécdota que se comenta entre los historiadores para destacar que desde muy pequeña mostró su talento literario. Algunas de sus obras fueron llevadas al cine, como Rancho Estradeño, la cual fue producida con el nombre de Repatriados.
El Gobierno de Nuevo León, desde 2004, otorga el premio literario “Carmen Alardín”, en memoria de quién naciera en Tampico en el año de 1933. Catedrática, poetisa y escritora, con especialidad en letras alemanas y maestría en letras mexicanas, su obra aparece en diferentes antologías, destacando la de Poetas Tamaulipecos del Siglo XX. Fue premio Javier Villaurrutia 1984 por su trayectoria poética.
Otra mujer de letras fue Altair Tejeda de Taméz, quien nació en ciudad Victoria el 22 de octubre de 1922. Fue poetisa, dramaturga, cuentista, ensayista, además de libretista de televisión y escribió para algunas publicaciones periodísticas.Realizó estudios en educación, pedagogía, psicología y fue maestra en lengua y literatura española. Obtuvo premios en cuento, poesía y teatro, destacando el Primer Premio de Teatro México, en 1960 y Primer Premio de Teatro del INBA, en 1958.
Impulsora del arte y escritora fue Isaura Calderón, nombre con el que se dio a conocer en las letras Isaura Martínez de Calderón. Nacida en Tula Tamaulipas, el 4 de noviembre de 1914, fundó el Instituto de Bellas Artes en Tampico. Más recientemente, Rafaela Salinas (1931-2018) nacida en Nuevo Laredo, destacó como promotora del teatro moderno mexicano. Conocida como Fela Fábregas, fue una productora teatral casada con Manolo Fábregas al lado de quién hizo época por sus exitosas representaciones musicales y de comedia.
Esther González, pintora y grabadora tampiqueña nacida en 1936, desde 1970 exhibe sus obras en galerías de arte enMéxico y al menos una docena de países más. Ha sido multipremiada por su arte plástico, destacando los premios otorgados por el Salón de la Plástica Mexicana, en 1971, 1985 y 1988. En 1978 recibió el segundo premio de la exposición El Árbol y El Bosque en el Grabado, del INBA. En 2014 recibió la medalla al mérito Luis García de Arellano, que otorga el gobierno de Tamaulipas.
Nombro también a Cristina Rivera Garza, escritora originaria de Matamoros, que porta con honra el nombre de nuestro estado y el de México en los circuitos académicos y literarios de más alto prestigio en EEUU y América Latina y que tiene ya una larga lista de obras publicadas que va de la novela a la poesía, el cuento, el ensayo y la historia. En mi colaboración del pasado 2 de febrero me refiero a su obra “Autobiografía del Algodón”.
Este acercamiento a la obra de las mujeres aquí mencionadas, y tantas más que por espacio no he citado, confirma mi convicción de que Tamaulipas cuenta con una gran reserva de mujeres talentosas y con enorme capacidad creativa y de innovación; lo cual nos permite concluir que es indispensable contar con planes y programas institucionales que faciliten el desarrollo de las competencias de las mujeres, en igualdad de oportunidades frente a sus pares hombres, en beneficio de sus comunidades y finalmente de Tamaulipas y de México.