Es complicado calificar la decisión de López de cancelar el aeropuerto de Texcoco y ampliar el aeropuerto militar de Santa Lucía en el estado de Hidalgo. No tenemos elementos para evaluar; la información completa no se da a conocer. El tiempo será el que ubique como acierto o gran error la decisión presidencial derivada, parece ser, de su odio por el neoliberalismo que le impide razonar y tomar decisiones sin víscera de por medio, por capricho, o bajo un plan para empequeñecer al país.

Al inaugurar el AIFA, el secretario de Defensa, Luis Crescencio Sandoval, anunció que estaban programados 20 vuelos con 2,022 pasajeros, nada mal dadas las dificultades para llegar, pero se necesitan muchos más para volverlo rentable. Se programó una inversión de $75 mil millones, se actualizó a 80 mil millones y a 84 mil millones. Según Hacienda, al concluir 2021se ejerció $104,531millones. Sume el gasto 2022 pues la obra no está terminada. Hacienda proyecta para 2022 gasto de $11,450 millones. El costo oficial es $115,981millones; sume $113,328 millones del cierre del aeropuerto de Texcoco, el costo es $229,309 millones.

El NAIM tenía inversión prevista de $285 mil millones para 70 millones de pasajeros y AIFA para 19.5millones. ¿Será rentable el aeropuerto de Santa Lucía? Depende del número de pasajeros. El aeropuerto de Toluca alcanzó 3.9 millones en 2008 y en 2021 manejó 134 mil. No es porque no sea funcional, los viajeros prefieren volar por el AICM. El AIFA aun siendo magnífico, puede no ser del agrado por la dificultad para llegar. López hizo 40 minutos desde Palacio Nacional en día feriado, a las 5 de la mañana, con equipo de seguridad que le abre camino. Para el ciudadano, el traslado desde la Ciudad de México puede llevar de una hora y cuarto a dos horas, dependiendo del tránsito y el punto de partida

El AIFA no facilita conexiones nacionales o internacionales, lo cual quita pasajeros. El gobierno cobra una Tarifa de Uso de Aeropuerto de $120 por pasajero, la más barata, contra $618 para vuelos nacionales y $1,338 para internacionales del AICM, o $235 para Cozumel y $282 para Ciudad del Carmen. Este bajo impuesto lo hace atractivo, pero hace imposible recuperar la inversión. López prohibió nuevas rutas desde el AICM para evitar competencia para el AIFA.

El tráfico aéreo del Benito Juárez se complicará dadas las nuevas rutas que elevan los riesgos y hacen más largos los tiempos de despegue y aterrizaje, ni podrá abrir nuevas rutas internacionales, dada la degradación en la categoría de seguridad aérea por EE. UU., ni podrá ser aeropuerto de conexión. Está condenado a la subutilización por no tener lógica de mercado. La gran mayoría de pasajeros que viaje a Guadalajara, Tijuana, Monterrey, Cancún, Mérida o Villahermosa elegirán el Benito Juárez, si tomamos en cuenta que es mucho mayor el tiempo de traslado al nuevo aeropuerto que el vuelo mismo. Santa Lucía dice el México que quiere la 4T, no es austero, para nada; lo muestra acomplejado, chiquito, chafa y desconectado del mundo.