¿Suerte o trabajo duro? Si naces en Burundi con el ingreso bruto per cápita más bajo del mundo de solo 730 dólares/año, no importa cuán inteligente o trabajador seas, es poco probable que ganes mucho cómo adulto, (obvio existen sus excepciones, pero son excepción a la regla) y lo cierto es que mucha gente se ofende si le señalas el papel que juega el azar en su éxito, y es entendible si somos sólo un producto de nuestras circunstancias, entonces nuestro arduo trabajo y nuestro talento parecen no contar para nada. La gente piensa que tiene que ser la habilidad o la suerte lo que explica el éxito, pero la verdad es que necesitas ambas.
Cuando la competencia es feroz, tener talento y trabajar duro es importante pero no es suficiente para garantizar el éxito, también necesitas algo de suerte. En gran parte considero que no somos conscientes de nuestra buena suerte que por definición no es algo que hicimos nosotros. Un beneficio de pasar por alto el azar es que hace que sea más fácil justificar tu lugar en la sociedad; si tienes mucha riqueza o poder, puedes atribuirlo a tu esfuerzo, inteligencia y perseverancia. Hace más fácil aceptar la desigualdad. Una vez que alcanzas cierto estatus parece natural sentir que lo mereces como todo lo bueno que se te presenta. El momento que eres consciente de los eventos externos más allá de tu control que llevaron a que lograras una meta, te vuelves menos arrogante y humilde.
Piensa en todos los lideres políticos, sociales, empresarios, deportistas; sin duda la mayoría de ellos son muy talentosos y trabajadores, pero también han tenido más suerte que la mayoría, y como la mayoría de nosotros no se dan cuenta de la suerte que tienen, esto les da una visión distorsionada de la realidad, están viviendo en una forma de sesgo de supervivencia. Todos estos líderes han trabajado duro y finalmente han tenido éxito, para ellos el mundo parece justo, en su experiencia se recompensa el trabajo duro, pero lo que no tienen es la experiencia de todas las personas que han trabajado duro y han fallado, entonces ¿Qué piensan de las personas menos exitosas que ellos?, la conclusión natural es que deben ser menos trabajadores o talentosos. Esta perspectiva los hace menos propensos a ser generosos y a retribuir, pero son ellos quienes establecen las reglas de funcionamiento de la sociedad, y esto es muy desafortunado, ya que una de las principales razones por la que muchos de nosotros tenemos suerte es por nuestro país de residencia. La buena noticia es que reconocer nuestras circunstancias afortunadas no sólo nos alinea más con la realidad, sino que también nos hace más agradables.
Nuestras circunstancias y psicología conspiran para hacernos inconscientes de nuestra suerte, esto lleva a las personas exitosas a ver el mundo como justo y a las menos exitosas como menos talentosas o trabajadoras, esto es sin tener en cuenta cualquier discriminación o prejuicio, entonces ¿Qué debo hacer para tener éxito en un mundo así? Considero que el mejor consejo es paradójico, primero debes creer que tienes el control total de tu destino y que tu éxito se reduce sólo a tu propio talento y trabajo duro, pero en segundo lugar debes saber que no es cierto para ti, ni para nadie más, por lo tanto, debes recordar que si logras el éxito, la suerte jugó un papel importante y dada tu buena fortuna debes hacer lo que puedas para aumentar la suerte de los demás.