De la cruzada anticorrupción de COPARMEX, así como de los esfuerzos que otros organismos aliados, como lo son IMCO, Transparencia Mexicana y Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, logramos contagiar a buena parte de la sociedad civil, para que, gracias a su empuje, estemos logrando construir los Sistemas Anticorrupción, tanto el Nacional como los Locales.
Y cuando digo “gracias a su empuje”, me refiero a la exigencia social: esa presión genuina de la ciudadanía que tanto ha faltado siempre en nuestra democracia. Lo hasta hoy logrado en el combate a la corrupción, es, en gran medida, producto de lo que todos hemos sembrado: una firma para 3de3; la sensibilidad de los medios comunicación en relación al tema; exhibir a una persona cuando es corrupta; emitir voto de castigo en la urna; ser críticos; simplemente estar enterados, al pendiente y exigiendo, así como la indignación social convertida en reproche colectivo, han permitido que avancemos en la lucha anticorrupción.
Bien, lo que caracteriza a los Sistemas, más que la especialización en la materia, es la ciudadanización de los mismos: su diseño legal nos permite el ingreso, incidencia real y protagonismo de los diversos sectores desde adentro, directo, en el combate -efectivo- a la corrupción.
Basta un botón para muestra: ¿Por qué no se ha designado aún al Fiscal Anticorrupción en el Sistema Nacional Anticorrupción?
Es simple: porque los políticos le tienen no miedo, pavor, al Comité de Participación Ciudadana, de 5 ciudadanos, pues todos, además de ser personas valientes y con hoja de vida limpia, cuentan con el perfil técnico idóneo para proponer el diseño de los métodos de identificación de actos de corrupción sofisticados, y las fórmulas adecuadas de vinculación para dar puntual seguimiento a las denuncias anónimas. Lo cual los vuelve peligrosísimos para los corruptos; porque lo anterior significa, que una vez habiendo Fiscal, la presión inteligente de éstos para él será tal que tendrá que funcionar y ningún grupo de poder quiere ser la primer encomienda del Fiscal, menos de cara a 2018.
En Tamaulipas, para nuestro Sistema Local fue al revés, ya tenemos Fiscal Anticorrupción, pero, la pregunta más importante es: ¿Quiénes serán los 5 ciudadanos que integrarán el primer histórico Comité de Participación Ciudadana? Para que me entienda mejor, estimado lector, reformulo la pregunta: ¿Quiénes serán las 5 piedras en los zapatos del Fiscal, del Contralor y del Auditor Superior del Estado, que los pondrán a investigar, procesar y rendir cuentas a la comunidad respecto de las denuncias de actos de corrupción?
Para elegir a tan importante grupo, se designó a 9 ciudadanos íntegros, que se escogieron en el Congreso del Estado, tras la propuesta que, tanto Universidades como Organismos de la Sociedad Civil realizaron.
El título de la columna de hoy es dirigido a esas 9 personas que si bien mostraron un alto valor cívico por Tamaulipas al participar, deben saber: Que tienen nuestro respaldo como sociedad, pero no incondicional. El respaldo porque acompañaremos los trabajos que realicen de cara a la elección de los 5, otorgándoles confianza, pero, tal respaldo no es ni será incondicional: sí está condicionado a que, tengan claro, desde ya, que son absolutamente independientes, tanto del Gobierno, como incluso, de las Universidades u Organismos que los propusieron, para que a quienes elijan sean las personas idóneas.
No es poca cosa lo que está en juego, eh; es el inicio de la erradicación de la corrupción en Tamaulipas. El gran compromiso y responsabilidad lo tienen con la sociedad, y será ésta quien los juzgue.