Llama peligrosamente la atención la noticia: en Estados Unidos, 1 de cada 3 adolescentes es gordo, obeso o tiene sobrepeso, según información difundida en medios internacionales este miércoles, y que pone la alerta sanitaria, porque es un fenómeno mundial.
Revela que, en el año de 1969, aproximadamente el 50 por ciento de sus adolescentes se trasladaban a pie a la escuela, cuando ahora, el 87 por ciento lo hace en carro, sea propio o de sus familiares. Preocupa, y mucho, el hecho de que no nos interese cuidar la salud. México tiene estadísticas similares, y aquí hay millones de jovencitos que no saben lo que es ligar 30 pasos seguidos en una banqueta.
Y es que, no nos dejará mentir, porque a veces vamos a comprar tortillas a una cuadra de casa y tomamos el carro, so pretexto del inclemente sol que nos ha estado castigando durante semanas en la región y que amenaza con convertir el presente año de 2018 en el más cálido de la historia.
Cierto: el sol quema y mucho, más que antes por los desfiguros que hemos logrado en las capas de la atmósfera, pero no es pretexto para no caminar siquiera una cuadra o unos escalones.
La Secretaría de Salud en la entidad, según nos comenta el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud Alejandro García Barrientos, ha instrumentado una serie de programas tendientes a bajar los kilos de quienes ostentan sendas curvas en el organismo, y no por estética o presunción, sino por aspectos meramente de salud: un obeso tiende a ser hipertenso, tener problemas cardiovasculares, reumáticos, de articulaciones y muchos más que ponen en riesgo su integridad física en serio.
Y eso, según refiere García Barrientos, la gente no lo toma muy a pecho, por lo que se incrementan las acciones preventivas en escuelas y centros sanitarios, con la idea de que nos caiga el veinte y entendamos la importancia del binomio comer bien-ejercitarse, y entonces poder aspirar a una mejor calidad de vida.
Que no es fácil, nadie dijo que lo fuera, y menos cuando estamos a 38 o 39 grados de temperatura y tenemos que ir por algo a la tienda de la cuadra, a las tortillas, o simplemente, cuando queremos salir a caminar.
Todos hemos padecido temperaturas superiores de 33 o 34 grados en la misma noche.
Propone el doctor Alejandro García que tomemos el consejo y hagamos algo por nuestra salud, en el entendido de que por más programas que existan, si los ciudadanos no toamos la iniciativa, no habrá resultados positivos, y luego somos curiosos, porque culpamos a las autoridades, como si ellos nos dieran las flautas y gorditas que nos han hecho subir de peso, o nos impidieran salir a caminar los 20 minutos que organismos sanitarios mundiales sugieren como meta mínima cotidiana.
Ante la situación que es real, se requiere tomar medidas urgentes. Y como ejemplo podemos decir que ya le dimos al traste al planeta por los excesos: ahora, ¿vamos a darle al traste a la salud? La decisión es personal y cada quien decide lo que desea para sí mismo, pero no se vale que, si tenemos forma de mejorar no lo hagamos.
Dejemos que nuestros hijos caminen al menos la cuadra antes de llegar a la escuela: no se van a morir por ello y les hacemos un bien; que suban escaleras en vez de elevador, y que salgan a caminar o a algo en sus hogares, en bien de su propia salud.
Necesitamos entender que son medidas de beneficio personal, que el “ganón” en esto es uno mismo.
Desterremos problemas de obesidad y sobrepeso por nuestro bien, y ayudemos a nuestras autoridades sanitarias que hacen mucho por informarnos. No echemos en tierra ese gran esfuerzo oficial y sanitario que a todos conviene.

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