De pronto, me hacen esa pregunta, cuando dejo algún pendiente en mi quehacer cotidiano: ¿Era más importante el motivo que originó que se pospusiera  aquella cita con su buen amigo? ¿Fue más importante el motivo de no entregar a tiempo el trabajo pendiente? ¿Qué lo orilló a dejar de escribir el artículo de ayer? En ocasiones, no se tiene la respuesta porque simplemente lo que originó la falta de cumplimento de algún compromiso, ni siquiera estuvo en discusión, porque el motivo proviene de una fuente ajena a nuestra voluntad. Si para el que no recibió el beneficio del producto de nuestro compromiso, es frustrante, para personas como yo, resulta todavía más frustrante.

En fin, todos tenemos que estar preparados para sentirnos frustrados; sin duda, que al analizar las cosas detenidamente, caeremos en cuenta, que si bien es cierto que existen cuestiones de alta prioridad que no se pueden posponer, muchas otras, quizá la mayoría, pueden no cumplirse y no cambia para nada  el curso de la vida.

En ocasiones me preocupa el momento en que llegue el finiquito de todo aquello que pienso motiva mi existencia, como: ¿Cuándo dejaré de ejercer la medicina? ¿Cuándo dejaré de escribir artículos periodísticos?  ¿Cuándo dejaré de escribir poemas? ¿Cuándo dejaré de viajar al paraíso de mi niñez? ¿Cuándo dejaré de existir? Pero nunca me pregunto ¿Cuándo dejaré de amar? ¿Cuándo dejaré de tener fe? ¿Cuándo dejaré de creer en Jesucristo?

No, no me importa el motivo por el cual se extravió una página de mi diario vivir, de mi realidad en mi entorno, de mi sentir y de mi libertad de expresión, porque sé y me consiento más valioso que cualquier motivo importante que provenga de otra fuente, que sin duda tendrá sus razones para priorizar sus motivos.

FELIZ ANIVERSARIO NÚMERO TREINTA Y SIETE DE LA FUNDACIÓN DE CENTROS DE SALUD COMUNITARIOS DE SALUD EN ÁREAS MARGINADAS URBANAS, FELICIDAD A LOS PIONEROS EN ACTIVO Y JUBILADOS.

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