Pilar fundamental para reducir la desigualdad es lograr la autonomía de la mujer, en particular la económica. El aumento de la participación y del ingreso laboral de la mujer reduce la pobreza y la desigualdad del ingreso. En general, la mujer tiene menor acceso a recursos productivos y financieros, al monetario, a la capacitación y al uso de la tecnología. Debido al trabajo doméstico no remunerado, dispone de menor tiempo personal, lo que afecta sus posibilidades de capacitarse y mantener presencia continua en el mercado laboral.
Las mujeres de entre 25 y 59 años de edad sobrepasan en el quintil de menores ingresos hasta en 40% a los hombres, pues reciben ingresos más bajos por la dificultad para conciliar el trabajo en el hogar con el mercado laboral; además se desempeñan por lo general en ocupaciones de baja remuneración. El porcentaje de mujeres que recibe remuneración por su participación en el mercado laboral o en jubilación es considerablemente menor que el de los hombres. En 15 países, en hogares del primer quintil de ingreso el porcentaje de personas que no cuenta con ingreso propio es 44% en la mujer y 23% en el hombre. La principal fuente de ingresos tanto de los hombres como de las mujeres son los sueldos y salarios, que alcanzan al 54% del volumen total de sus ingresos personales. En la región, una de cada dos mujeres en edad de trabajar tiene empleo y perciben 84% del salario que reciben el hombre.
El Global Wealth Report 2016 de Credit Suisse, señala que la riqueza en el mundo está mal distribuida: el 0,7% (35 millones de personas) concentra 45% de activos físicos y financieros. 123 mil personas posee más de 30 millones de dólares, el 9% de la riqueza mundial y 1,722 pertenece al selecto grupo de los milmillonarios.
Entre 2003 y 2014, la economía mexicana creció 2.6% en promedio anual, en el país la riqueza se duplicó, aunque la propiedad de activos físicos de la economía mexicana está concentrada. 10% de empresas concentra 93%, el 90% restante dispone de 7%. El coeficiente de Gini de la concentración de activos físicos es récord mundial, 0.93 (Cero es igualdad; 1 es desigualdad total) En 2015, el Gobierno administraba 23% de activos, empresa privada 19%, empresa pública autónoma 9% e instituciones financieras 5%, 7% estaba en manos extranjeras. Las familias concentraban la mayor proporción, 37%, 28 billones de pesos, pero su repartición es desigual. Dos terceras partes de activos físicos y financieros están en manos del 10% de las familias, en tanto que 1% de las familias concentra más de un tercio. Por ello, el coeficiente de Gini de la distribución de los activos totales (físicos y financieros) de las familias es de 0,79. La repartición de los activos financieros es aún más desigual: el 80% es propiedad del 10% más rico. México es una valiosa moneda en caso de que se valúe la cara de riqueza y en caso de que se valúe la cara de pobreza es entonces un pobre y devaluado Peso.