Hoy, de cierto modo decidimos el México que tendremos en 2024. El candidato que, para hoy cerca de las 11 de la noche, sea Presidente electo, tendrá en sus manos las decisiones más importantes del país por un largo período de 72 meses.

Asimismo, se acompañará de cientos de autoridades legislativas federales y poco más de 3000 autoridades locales que hoy se eligen en todo el territorio nacional.
A ver, no es cosa menor.

El próximo Presidente de México decidirá entre otras cosas, si continúa el mismo sistema de salud o no; si se incluyen las mejores herramientas tecnológicas en materia de seguridad, y el papel del ejército en las calles; si da reversa o, se mejora y termina de madurar la reforma educativa; si aceleramos el paso en materia energética con visión económica sostenible o damos marcha atrás.

Y el próximo Presidente de este país, también será aquel que enfrentará a la corrupción de una manera inteligente, o no, y quien sea sensible o no, a los gritos que muchos organismos de la sociedad civil sobre el tema han puesto en el cielo.

Ayer leía por la noche un libro que recién adquirí, cuyo título es: “El hombre más inteligente del mundo”, de Augusto Cury. No es de derecho, ni de política. En forma de novela se analiza científicamente la mente de Jesús. Sin embargo, hay algo que estimo se relaciona con la de hoy #DelAbogadoAmigo:

Estamos viviendo una época de descontrol emocional, en gran medida provocado por la intoxicación digital, pues aunque la tecnología trajo ventajas importantísimas, también tenemos que ver el otro lado de la moneda: vivimos una media de ochenta años, pero la mente humana está tan estresada por el exceso de información que hoy en día ochenta años pasan tan rápido como si fueran veinte en el pasado; sugiere ciertas páginas del libro. Creo en ello.

Y creo también, que en los próximos seis años se catapultará en México y en el mundo el boom tecnológico. Necesitamos equilibrio para que ese boom se encause adecuadamente, y pueda, en cada situación individual, mejorar nuestra calidad de vida, no al revés.

(Tal vez no encuentren sentido en mi acotación, pero estimo que ese boom podría estar directamente relacionado a la salud, a la seguridad, a la educación, al agua, al combate a la corrupción: a todo.)
Salgan a votar, victorenses. Hagan efectivo ese derecho, y a la vez cumplan con tal deber constitucional. Empero, por favor, que no se les olvide: no es un domingo más.

Dice el “Chicharito”: “¡Imaginémonos cosas chingonas, carajo!”. Yo se las dejo más simple, imagínense a ustedes mismos, a sus hijos y nietos, en 2024.

Que sea lo que Dios, y la mayoría de los mexicanos decida, pero que seamos los más mexicanos posibles, para que crezca nuestra democracia.

¡Viva México!