“La boca del justo derramará sabiduría, y su lengua hablará juiciosamente. La ley de Dios la tiene en medio del corazón, y andará con firmes pasos” (Salmo 37:30-31).

La incertidumbre se apodera de los que no tienen fe en el Señor, se temen a sí mismos, como le temen a sus malas obras y a su flaqueza, y más, cuando en su corazón no hay amor sólo ambición desmedida. Temerá igualmente el que sólo persigue el bien para su causa y se aprovecha de la debilidad de los que se dicen despojados y no entendieron el significado de la verdadera riqueza en la palabra de Jesucristo nuestro salvador. Temerá el que engaña, por estarse engañándose a sí mismo y argumenta su causa en sus propios fracasos para allegarse sólo bienes materiales.

Busca en tu corazón el verdadero motivo de tu despecho, de tu coraje y de tu amargura, obsérvate en un espejo, y verás a tu verdugo, al mismo que hiere y hostiga, al que todo lo justifica por sentirse víctima del abuso y en realidad es víctima de sus pensamientos negativos y de las acciones torcidas que éstos generan.
Si Dios hubiese querido darte riqueza material ya la tendrías, pero lo que Él quiere, es que aspires a los bienes del cielo, no te priva de ellos, si los mereces, te los obsequiará generosamente; mas, deberás primero pensar que has hecho tú por tu prójimo para merecerlos.

Dios nos obsequie sabiduría para recibir su buen consejo, que aquel que se empeña en andar con malas compañías, no encontrará la paz y verá dificultado su camino hacia la vida eterna.

Dios bendiga a nuestra familia, ilumine nuestra inteligencia para tomar las mejores decisiones, ilumine y bendiga a nuestro pueblo y lo conduzca por el mejor camino.

Dios bendiga todos nuestros Domingos Familiares.

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