Hace un par de días, le pedí a mi nieto mayor rescatara unos viejos casetes de música que tenía guardados como un valioso tesoro, esto, porque se trataba de grabaciones de mi finado padre el Químico Salomón Beltrán García y que fue produciendo en algunas de la reuniones familiares y de amigos cuando solían festejar la vida; seguramente, algunos de mis lectores que disfrutan ya de la edad de la madurez y la experiencia, y que pertenecieron a esa generación de fantásticos bohemios, recordarán a mi progenitor como un cantautor  exclusivo de aquellos que convivieron en esa bella época con él. Pues bien, la intensión es que mi nieto Sebastián pase las grabaciones a unos CD, para que se puedan conservar  más tiempo, y como dijo en uno de los casetes mi progenitor: Para que mañana o pasado, se siga escuchando el recuerdo de aquellas bonitas tarde-noches bohemias que congregaban a un selecto grupo de amigos, amantes del romanticismo y la buena música.

Mi nieto se está dando a la tarea de realizar con  eficiencia mi encargo, y en una de mis visitas, para comprobar sus avances, me encontré con la grata sorpresa de que toda su familia se encontraba escuchando la grabación, mientras Katty, su madre, les narraba algunas de las anécdotas de su bisabuelo, incluso, de sus tatarabuelos paternos, porque existe un casete  de mayor antigüedad donde se grabaron las voces de varios de nuestros familiares en una de las muchas veladas musicales que se organizaban en la casa de Don Felipe Beltrán Gracia y Doña Abigail  García de Beltrán. Confieso que me llenó de agrado que mis nietos se interesaran en tan valiosos recuerdos grabados, ya que en otra ocasión, Emiliano, el segundo de mis nietos, me preguntó, que cuál era la finalidad que recortara los artículos de mi autoría que se publicaban desde hace 30 años y los fijara en hojas blancas tamaño carta para después organizarlas en  unos cartapacios de pasta gruesa, y le respondí que era para dejarles un legado de mi trayectoria como articulista y donde no sólo podrían disfrutar de anécdotas familiares, sino recibir lecciones de vida y reflexiones, que podrían contribuir en el fortalecimiento  de sus valores, eso, mientras yo podía organizar el material para poder editar mis tan anhelados libros, donde podrían contarse 4 libros de poesía, 4 de reflexiones, y otros tantos de anécdotas y sobre espiritualidad. En  fin, material hay, sólo falta  tiempo y la paciencia necesaria para hacer realidad mi proyecto.

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