Provengo de una familia numerosa y me anhelo era, igualmente, tener un buen número de hijos, nunca me desanimé en mi empeño, el Señor me escuchó y tengo una gran familia, pues mis tres hijos han procreado hasta ahora igualmente grandes hijos. Es posible que Dios siga bendiciéndome y la familia siga creciendo, todo será de acuerdo a sus planes.
Ayer se reunió la familia con motivo del cumpleaños de uno de nuestros hermanos; a simple vista, todos pudimos apreciar los cambios que el tiempo ha obrado en nuestro cuerpo fÃsico, pero también el hecho de que nuestro espÃritu permanece intacto, reflejando su integridad original, cuando todos sin excepción dejaron salir al yo niño, juguetón, dicharachero, bromista, cargado de una sobresaliente energÃa positiva, que generaba, sin esfuerzo, un permanente y contagioso buen humor en toda la concurrencia. Todos pudimos hablar y contar anécdotas, algunas graciosas, otras que ponderaban algún importante momento de nuestra vida productiva, de nuestras inquietudes sociales, económicas y polÃticas. Una reunión enriquecida por la presencia de nuestra amada madre, cuya belleza y personalidad resaltaba, y que a pesar de su seriedad, en su mirada reflejaba brillantes destellos de orgullo por ser la madre de un grupo tan especial de seres humanos.
Provengo de una familia numerosa que ha sabido sortear toda clase de retos, que puede ser, o es, el prototipo de la tradicional familia mexicana, que no se amilana ante las dificultades cotidianas, que a pesar de la engañosa e incomprensible conducción del paÃs, no pierde la esperanza de una mejor calidad de vida, precisamente, porque nos sentimos con derecho y responsabilidad para integrarnos en la búsqueda de soluciones sustentables para abatir la problemática social que nos aqueja.
Mi anhelo fue el tener una gran familia y Dios me ha enseñado que en cada uno de los mexicanos tengo un hermano. Buena vida y salud para México.
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