Difícil resulta en estos tiempos entender los escenarios políticos que se están presentando; de haber establecido otrora la estrategia visceral de todos contra todos, ahora se estila buscar la hermandad por las causas justas, pero en el fondo sabemos, que todo es parte de las estrategias de un proceso electoral que por su versatilidad permite hacer cualquier tipo de movimientos por extraños e inconcebibles que parezcan; ahora los partidos políticos, el gobierno y las organizaciones responsables de organizar, supervisar y evaluar el proceso electoral que se avecina, están más sensibles a las expresiones sociales; pero a pesar de ello, es tal la incertidumbre que reina en el ambiente, que la sociedad desearía poner sus propias reglas del proceso para tener más confianza en los resultados que habrán de obtenerse.

¿Qué precandidato presidencial podrá garantizar lo que los ciudadanos deseamos? ¿Acaso necesitarían explorar más, conocer cuáles son estas prioridades? Sin duda todo político y más la ciudadanía saben lo que pasa en el país y lo que se necesita para corregir el rumbo, entonces regresamos a la misma pregunta ¿ Quién podrá garantizar el desarrollo y el progreso integral de nuestra patria? ¿Quién tendría el valor de reconocer la magnitud de la problemática que vivimos y hablar con la verdad? Tal vez deberíamos de preguntarles a todos los interesados en sacrificarse por nuestro bienestar, si realmente pueden con semejante responsabilidad o sólo quieren figurar dentro del acontecer político como actores de lo que mañana será sólo historia.

Los que trabajan para el diseño de escenarios políticos acordes a las circunstancias que vivimos, sin duda se esforzarán aún más en presentarnos las fantasías que en otros tiempos ya hemos experimentados.

¿Seguirá siendo la marginación y la pobreza lo que marque el rumbo del futuro de México?

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