Dice un refrán popular: “Dime qué presumes, y te diré qué careces” y aplicándolo a la condición humana nos situaría desde el punto de vista psicológico, a la proyección de nuestros defectos y virtudes. A qué viene el comentario, bueno, siendo positivos, a reconocer el hecho de que muchas de las cosas de las que presumimos, podrían tratar de esconder una necesidad sentida en nuestro ser, tal vez esté relacionado con aspectos que reflejan una infancia de privaciones y de inseguridad, una adolescencia con la sensación de insatisfacciones, una juventud y adultez con frustraciones, ya sean en el área económica, afectiva, emocional, laboral o del desempeño profesional.

En una ocasión acudí a una reunión  donde se exhibía una muestra sobre arte moderno, en donde  se podía intuir que algunos de los asistentes se habían esforzado en pulir su imagen personal, ya sea en su vestimenta y  en los accesorios, esto, imagino, que para evidenciar suficiencia económica; por otro lado, algunas de las damas mostraban un arreglo un tanto sofisticado para la ocasión, habiendo una entre ellas, a la que reconocí como amiga y al saludarnos, después de mucho tiempo de no vernos, se restablecieron los lazos de empatía, acompañados de respeto, sinceridad y confianza, después del cálido saludo ella me preguntó: ¿Cómo me veo? Le contesté de inmediato y sin titubeo: Sigues igual de hermosa; ella agradeció el cumplido con un espontaneo beso en mi mejilla y continuó diciendo: Estamos en un ambiente de espectáculo. Le pregunté: ¿Cómo es eso? Si, hombre, quiero decir, de mucho glamur. Ah, te refieres a eso, le contesté, yo pensaba que la invitación que me hicieron era para apreciar esta muestra de arte moderno, sobre todo tratándose de una persona que ambos conocemos, y por lo que veo, el ser ahora famoso, no lo ha cambiado en nada, sigue siendo sencillo en su trato y en su vestir. No me apenes por favor amigo, yo también sigo siendo la misma, pero recuerda aquel refrán que dice: “A la tierra que fueres, haz lo que vieres”. Después se retiró de mi presencia para mezclarse entre el glamur del espectáculo al que se refería, pero me hizo recordar una cita bíblica: “Por sus frutos u obras los conoceréis ¿Acaso se cogen uvas de los espinos, o higos de las zarzas” (Mt 7:16)?

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