Qué cosas tiene la prolongación de la existencia, el tiempo va haciendo pausas cuando se le suman años a la vida por olvidar sumarle vida a los años. No lo había notado, pero las paredes empiezan a exigirme haga algo para evitar convertir el hogar en una caja para guardar recuerdos; y es que en la pared, yo veía y sigo viendo algo más que las huellas de las manos de los hijos y de los nietos cuando fueron niños, y de los inicios de sus seudo dibujos y de sus primordios de escritura, veía y veo, cómo la energía que se desprendía y desprende de nuestra voz y el movimientos de nuestro cuerpo, iba adhiriéndose como una segunda capa de pintura, sólo invisible para los que piensan que habitar en un hogar contempla únicamente el hecho de poner en resguardo la integridad física y los objetos de valor.

Hasta ahora me percato del significado de dejarme guiar por una necesidad sentida de mi cuerpo, cuando aquellas tardes nubladas éste me pedía, dirigirme a nuestra pequeña sala para sentarme, nunca supe y nunca he sabido, si cómodamente, porque siempre me pareció que aquel juego de sillones sólo era parte de la decoración de la estancia; pero nunca pasó desapercibido para mí, que el tiempo siempre estuvo presente, pues puntualmente, llegaba la hora en la que la luz del día se iba despidiendo lentamente para dar paso a la noche; y en aquella pausa que entrañaba y entraña un misterio indescifrable, viviendo una pausa de soledad indeseada, venían a mí tantos recuerdos de cuando tenía la idea de que algo grande había logrado cuando formé una familia, más nunca imaginé, que entre pausa y pausa, el tiempo pondría a cada quién en su lugar, y es así como podía, con tanta nostalgia pero con plena claridad, percatarme de que yo, sólo formaba una pequeña parte de un todo que tenía el gran potencial de transformarse a sí mismo para seguir dándole viabilidad a una secuencia de acontecimientos memorables, pero no permanentes, porque resulta, que siempre se tendría que tomar en cuenta, que aquí en la Tierra, una constante indiscutible, es el hecho, de que por más grande que parezca el territorio, siempre se tendrá que dejar espacio para los que vienen atrás de nosotros, más, es reconfortante pensar, que en el único lugar donde existe espacio para todos es en el cielo, porque el cielo mismo, está compuesto por la energía del espíritu que dio origen a la vida y que tiene por necesidad que retornar al mismo lugar de donde partió un día.

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