Hace un par de semanas algunos compañeros de trabajo comentábamos el hecho de la importancia del trabajo de calidad y con calidez que se debe de realizar en todas las unidades de salud que forman parte de la estructura del Sistema Nacional de Salud, esto, para hacer la diferencia entre las decisiones que impulsan una productividad simulada, de una productividad efectiva y eficiente, sustentada en la ética, misma que condiciona los procesos de resolución y continuidad de la atención integral que se pretende reciba la población demandante de su derecho a la salud.
Lo anterior me recordó un artículo que escribí el 25 de marzo de 2014 en el cual señalaba lo siguiente:
Me llamó la atención un artículo que apareció en un periódico, que estaba relacionado con la promoción de la felicidad en algunas empresas; los comentarios sobre el particular provenían de Tania Mijares, fundadora y directora de la iniciativa Generación Felicidad, quien relacionaba directamente a la productividad con la felicidad de los trabajadores. Al leer lo anterior no pude evitar remontarme a algunos años atrás, cuando la necesidad me llevó a tratar de mantener a raya el estrés laboral que sufrimos muchas de las personas que laboramos para en las instituciones gubernamentales; en ese entonces, presenté la iniciativa COPELFEI (Consejo Profesional para la Equidad Laboral y el Fortalecimiento de la Ética Institucional) ante el Secretario de Salud el Dr. Rodolfo Torre Cantú (q.e.p.d.), quien me atendió amablemente y escuchó durante varios minutos los pormenores del proyecto; recuerdo que me dijo, con la sinceridad que lo caracterizaba, que la información que le habían proporcionado sobre la iniciativa, distaba mucho de lo que yo le estaba planteando, y tuvo la suficiente confianza para comentarme algunos detalles de lo que yo di en llamar en ese momento, como desinformación o información calumniosa, pues era una versión totalmente distorsionada del propósito original. Siendo Rodolfo un hombre con sólidos valores y bondadoso por naturaleza, me dijo, que él era de la idea de que un trabajador feliz, tendría siempre una buena actitud, y sin duda sería más productivo; me sentí muy afortunado, por el hecho de que ambos coincidíamos en el propósito de impulsar una nueva cultura laboral que privilegiara la felicidad y redujera el estrés laboral, y más todavía, cuando dio instrucciones al Dr. Gabriel de la Garza, HOY Subsecretario de Planeación y Calidad de la Secretaría de Salud en Tamaulipas, para atender mi propuesta y darle viabilidad, para aterrizarla en el Primer Nivel de Atención, teniendo como plan piloto la Jurisdicción Sanitaria No.1. Desde entonces, no hemos dejado de trabajar un sólo día para que mejore el ambiente laboral, y si bien es cierto, que no se ha tenido el impacto que quisiéramos, debido a la resistencia que ofrecen las personas para aceptar cambios para mejorar, mucho ha tenido qué ver en ello, el poco interés que muestran algunos mandos medios, para facilitar las acciones motivacionales inductoras de una actitud más positiva y feliz; lo que nos hace cuestionar el interés de muchos de los que tienen la oportunidad de servir a la ciudadanía, no les permite apoyar procesos donde todos se puedan beneficiar, por algo, México, como citaba Tania Mijares, aún se encuentra muy rezagado en lo que se refiere a lograr que se invierta en temas de Bienestar para los trabajadores.
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