Me preguntaba una de mis pacientes, si el intenso calor que estamos padeciendo en nuestra comunidad, podría, además de provocar golpe de calor, gastroenteritis y deshidratación, también cambios en el carácter, como irritabilidad y otras alteraciones de la conducta en las personas; sin titubear le contesté afirmativamente, y continuó diciendo: Sólo así, puedo justificar algunos lamentables hechos de los cuales fui testigo durante el trayecto al Centro de Salud. 

Ese día, por cierto,  me encontraba muy desvelado, ya que por la madrugada  nuestro módulo habitacional, sufrió un desperfecto en el suministro de energía eléctrica, que duró varias horas,  y era tan alta la sensación térmica dentro de las casas, que algunos vecinos optaron por dormir en las azoteas; en lo que toca a mi esposa y a mí, nos fue imposible conciliar el sueño, pues teníamos que estarnos abanicando con una carpeta que teníamos a la mano, y el efecto negativo causado por no dormir, nos hizo muy susceptibles al enojo, bajó nuestro nivel de tolerancia, y más factibilidad de incrementar el estrés cotidiano.

Sí, el intenso calor predispone a padecer cambios de conducta, de ahí, que siempre es necesario tomar este factor en cuenta, antes de sentir que otras personas pudieran estar agrediéndonos sin motivo, y lo único que están expresando, es su molestia por no poder vivir en mejores condiciones, o poder estar trabajando en un ambiente laboral más confortable. 

En nuestro centro de trabajo, ubicado en Lomas del Santuario, por ejemplo, se está en espera de que se autorice la inversión para poder proceder a la instalación eléctrica y climatizar la sala de espera. Igualmente, se tiene la esperanza de que en este sexenio si se pueda aprobar la construcción de un auditorio, con la finalidad de poder realizar las capacitaciones, actualizaciones y sesiones de trabajo,  que la normatividad exige, para poder prestar una mejor calidad en el servicio.

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