No sé qué pasó, si todo se debe a la falta de crecimiento de la economÃa doméstica o la del paÃs entero, quiero pensar, de hecho, que se trate sólo de dinero y eso ocasione un estado de depresión temporal; me resisto a pensar que lo que verdaderamente está ocurriendo, sea el que nos estemos dando por vencidos y estemos dejando que la apatÃa apague nuestro optimismo de ayer, en el que aún vivÃamos esperanzados, ya no digamos de que cambiara nuestra situación sociopolÃtica, sino de que cada uno de nosotros pudiéramos cambiar para mejorar nuestra actitud en la vida, para generar más pensamientos positivos y desechar tanto negativismo acumulado durante tantos años, que han sido más oscuros que claros.
Ayer me vi al espejo, para hacer un ejercicio mental, para preguntarme por qué habÃa dejado de enviar tarjetas de Navidad a mi familia, mis amistades, mis compañeros de trabajo; me preocupaba el hecho de estar perdiendo el entusiasmo, mi capacidad creativa, pero no, la verdad es que enviar tarjetas de navidad se volvió obsoleto, ahora todo este tipo de comunicación se realiza vÃa telefonÃa móvil, de hecho ya existen múltiples formatos, ya no requerimos de plasmar lo que sentimos, ya todo es más práctico, más colorido, más llamativo, pero tal vez más vacÃo desde el punto de vista emocional; ya no es lo que yo siento por la otra persona, es lo que otros alguna vez sintieron por alguien.
No sé qué pasó, pero nuestras emociones en este tiempo, la mayorÃa de las veces, sólo llenan un vacÃo en un espacio cibernético que viaja por la red y es visto por cientos de personas ajenas a nuestro afecto.
Ayer, después de verme en el espejo, después de tanto pesar me sentà tranquilo, porque la imagen que pude ver en él es la misma de ayer, respiré profundamente y me retiré rápidamente para ir a buscar en el baúl donde guardo mis recuerdos, las tarjetas navideñas que recibà vÃa correo postal y donde está plasmado el mensaje de afecto, de amor , de amistad de muchos de mis familiares, amigos y compañeros de trabajo; algunos de ellos ya se han marchado, pero aún puedo sentir el calor de su mano en el viejo papel de la tarjeta navideña, deseándome de corazón los mejores deseos.
Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com