Hace un par de días José Manuel mi nieto de 3 años llegó hasta mí con cara de asombro y me dijo: abuelo en la cochera hay un gato que está sembrando algo en las macetas. Por qué dices eso, le pregunté. Porque está haciendo un pozo y después lo tapa. Unos meses atrás la abuela María Elena lo había enseñado a sembrar semillas en las macetas de nuestro pequeño jardín, de ahí que el niño tuviera conocimiento al respecto. Me levanté de la silla y fui al lugar donde se encontraba el gato y efectivamente había escarbado en la maceta y fuera de ella se encontraba una buena porción de tierra; al vernos el felino se nos quedó viendo de una manera retadora, previne al niño para que no se acercara, pues a él y a su hermana María José les gustan mucho las mascotas y no les temen. Entonces hice ruidos y el gato salió disparado, nos acercamos a la maceta y le expliqué a mi nieto que el animalito no estaba sembrando semillas, sino que hacia sus necesidades y tenían por costumbre ocultar su excremento bajo la tierra; entonces el niño preguntó:¿Las macetas son los baños de los gatos? No, las macetas son para sembrar plantas y adornar algunos lugares de las casas, lo que pasa que las personas hemos ido cubriendo la tierra con placas de cemento y ellos buscan un poco de tierra para hacer sus necesidades.
Lo anterior me puso a pensar en el hecho de la poca consciencia que tenemos los seres humanos para compartir nuestro hábitat con otros seres vivos; de hecho, en nuestro módulo habitacional FOVISSSTE, han proliferado muchos los gatos y empiezan a significar un “problema” pues se han adaptado a vivir en un medio donde hay poco espacio para ellos y también para los que habitamos en casas de interés social. Gatos y perros han sido adoptados por los bondadosos habitantes del módulo en mención, pero el tener poco espacio para ellos, obliga muchas veces a los poseedores de mascotas a dejarlos libres en la vía pública para que se ejerciten y hagan sus necesidades, lo que evidencia la poca cultura para el cuidado integral de las mismas y lo que habrá de significarse a mediano plazo como un problema de salud pública, tanto por las agresiones que puedan sufrir los peatones o por la contaminación del ambiente, porque al desecarse y pulverizarse el excremento esparcido en las aceras, el viento hará llegar a los hogares los quistes de parásitos propios de cada especie. Un ejemplo de las parasitosis que pueden transmitirse a través de las heces de los gatos es la Toxoplasmosis, el parásito se llama Toxoplasma Gondii, donde los gatos son los huéspedes definitivos, la enfermedad puede afectar al cerebro, a los pulmones, al corazón, a los ojos o al hígado. Aunque la mayoría de las veces, la enfermedad es asintomática, puede ser grave en pacientes inmunodeprimidos o en la infección congénita. En mujeres infectadas durante el primer trimestre del embarazo puede dar lugar a aborto espontáneo o provocar hidrocefalia en el feto. Algunos de los síntomas que pueden presentarse son: Inflamación de ganglios linfáticos en cabeza y cuello, dolor de cabeza, enfermedad leve con fiebre semejante a la mononucleosis, dolor muscular o dolor de garganta. Además, las personas inmunodeprimidas pueden presentar confusión, fiebre, cefalea, inflamación de retina que ocasiona visión borrosa, y convulsiones.
Hagamos conciencia sobre la importancia de educarnos en el cuidado de las mascotas y procurarnos una mayor educación para la salud, si tiene mascotas cuide de ellas y cuide su salud y la de su familia.
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