En Tamaulipas, el Partido Revolucionario Institucional sin lugar a dudas salvó en esta elección de Gobernador su registro, pero con una incómoda acotación al margen:

Por esta vez.

No es nada halagadora la frase ni mucho menos el escenario.

Los votos alcanzados por el PRI para definir la sucesión del Poder Ejecutivo son para quitar el sueño tanto a su jerarquía como a sus simpatizantes, que sin duda conserva en buen número en el Estado, pero que ahora no se reflejaron en las urnas, porque en el mejor de los casos sus directivos esperaban que al cierre del conteo sumaran alrededor de 70 mil sufragios, suficientes para conservarse como partido político, pero reveladores de un desplome al apenas acumular un 4.7 o 4.8 del total de boletas depositadas.

¿Por qué esos números cuando hace apenas un año, en los comicios para alcaldías y diputaciones obtuvieron el doble?

Bueno, no se requieren dotes de vidente para encontrar una respuesta factible.

Poco más de seis meses atrás, cuando apenas se gestaba la alianza con Acción Nacional, el rechazo del priismo tamaulipeco a esa fórmula no era sólo generalizado, sino encarnizado.

Difícilmente, directivos incluidos, podía encontrarse a un militante tricolor que la aprobara y por el contrario odiaban la idea de apoyar a quien, decian, los había perseguido y encarcelado a uno de sus gobernadores más estimados, Eugenio Hernández Flores, lo cual desató una intentona de “albazo” para remover a su líder estatal, Edgar Melhem.

Pese a esa desaprobación, el Ejecutivo Nacional del PRI ordenó integrarse a la coalición. Y con esa decisión sembró la semilla que ahora han cosechado.

Lo anterior tiene dos facetas: La mala y la buena.

La mala está a la vista y se refleja en la pobreza de votos alcanzados, porque gran parte de sus bases votó por la causa morenista, pero la buena es rescatable: Los más de 160 mil priístas que apoyaron a su partido en alcaldías y en el Congreso ahí siguen. Son fieles a sus colores, pero al mismo tiempo que conservan esa lealtad a la casa no han reducido su desdén al actual gobierno estatal y a quien lo encabeza.

Lo anterior significa que si el Revolucionario va solo en el siguiente proceso local lo más probable es que recupere su perfil y si me apuran, con un buen candidato propio lo fortalecería. Si el infumable Baltazar Hinojosa sumó mas de 400 mil votos, pensar en 200 mil o 250 mil no es un sueño, es una posibilidad real.

Cuidado con las coaliciones. Brillan sí, pero no todo lo que brilla es oro…

HASTA LUEGO, GRAN AMIGO

No fui de sus amigos más añejos pero sí me enorgullezco de haber sido uno de los más cercanos.

Conocí a Angel Vázquez a mediados de los ochenta, cuando llegué a Ciudad Victoria, invitado a ser parte del staff del nuevo periódico La Verdad. Angel era desde tiempo atrás el mejor reportero de Radio Tamaulipas, su casa de toda la vida, en el equipo del también querido amigo Carlos López Arriaga, con Rafael Anaya como Director de la Estación.

Tantos años transcurridos desde entonces parecen cortos en estos momentos en que sé que no volveré a hablar con él ni a compartir decenas de aventuras profesionales, no volveremos a desayunar junto al alegre grupo de cofrades que me honran con su amistad, no volveremos a coincidir para tomar una copa ni a recordar los miles de días de trabajo institucional en el mismo barco.

Apenas ha pasado un día de tu partida, amigo Angel, y ya extraño tu compañerismo, tu solidaridad y tu mano siempre tendida para ayudar. Algún día podré, como lo harán todos los que te estimaban y aún lo hacen, decirte cuánto lamento que te hayas adelantado en el viaje final.

Como homenaje póstumo, te dejo una frase que solía decir el maestro Alfonso Pesil Tamez cuando uno de sus amigos dejaba este mundo:

Los mejores se van primero…

¡Hasta luego Angel!

Twitter: @LABERINTOS_HOY