“Con una herencia tan grande, no puedes hacer nada menos que lo mejor de ti. Los que se han ido antes esperan eso de ti”

Gordon B. Hinckley

Es costumbre periodística en los cierres de un año, ofrecer un recuento de hechos que conmovieron a quienes vivieron ese lapso.

Hoy, su servidor prefiere rememorar, en dos partes, a quienes dejaron y a quienes siguen plasmando una honda huella en el ejercicio de esta controvertida, amada y odiada, pero siempre respetada profesión:

Me refiero al periodismo, en este caso, escrito.

Requiere dos entregas este material porque aunque esta labor siga conservando los mismos principios históricos, aderezados con el acontecer actual, me parece adecuado hacer un apartado para una generación que en su mayor parte ya no está con nosotros pero abrió y sembró surcos; y otro para quienes hemos tratado de seguir los caminos de esas mujeres y hombres, muchos de ellos lamentablemente ya desaparecidos.

Empiezo, si me permite con este intento de rendirles honores.

Viene a mi mente una serie de nombres, apellidos y hasta apodos, de una generación de maestros, creadores como directores de una época dorada que pervive en la memoria colectiva de Tamaulipas. En el ánimo de citarlos ofrezco antes una disculpa a quienes omita, especialmente a sus fundadores ¡Son tantos! pero no dejan de ser figuras estelares en las crónicas de este apasionante oficio.

En El Mañana de Nuevo Laredo, Ninfa Déandar y en el Mañana de Reynosa, Heriberto Déandar; mientras en Matamoros aún perviven los nombres de José Carretero en El Bravo de Matamoros y el de Juan B. García en La Opinión.

En Ciudad Victoria, las figuras señeras de Alfonso Pesil Tamez en El Diario y en La Verdad; mientras en El Mercurio, el nombre de José Villarreal Caballero resuena aún con añoranza en su redacción. Pese a su corta edad frente a los demás. incluyo al Expreso, germinado bajo la mano de Pedro Alfonso García.

En Mante, Gabriel Puga Tovar hizo historia con El Tiempo y en el sur, Rubén Díaz de la Garza en el Sol de Tampico; el “Tigre” Antonio Manzur en El Mundo y Mauricio Bercún en El Heraldo, los dos últimos periódicos ya desaparecidos y todos los personajes nombrados también.

Todos los mencionados formaron una estirpe que dio a Tamaulipas un perfil nacional en esa actividad. Todos, de una manera u otra, dejaron como hierro al rojo vivo una marca personal, enseñanzas que aún son útiles y trayectorias que difícilmente se repetirán. Reitero mis disculpas por no citar a todos quienes también merecen ser recordados.

Fueron en su momento los generales que hicieron realidad en los hechos la frase de “El Cuarto Poder”,atribuida a la influencia de la prensa y que hoy se ha deteriorado en forma evidente, ante la dinámica de la noticia en tiempo real en la vorágine que forman las redes sociales.

¿Quién los sucedió?

Como asentaba un viejo comercial la nana Goya: Eso, es otra historia.

Mañana, recorreré a otra generación: La de la tropa, de donde también los galones de general empiezan a ser frecuentes, así como de quienes nos abandonaron en este mundo terrenal, para hacer realidad la sabia frase de Don Alfonso Pesil:

Los mejores se van primero…

AMOR PARA SIEMPRE

Este día, tiene un especial significado para su servidor.

Han transcurrido 23 años desde que mi padre partió hacia El Creador. No pude despedirme de él, pero aunque me juzguen cursi, sentimentaloide e incluso iluso, todavía sigo hablando con él. Fueron tantas sus lecciones en vida que nunca podré honrar totalmente sus enseñanzas.

Pese al tiempo transcurrido, revivirlo en mi mente duele igual. No me ruboriza admitir que en ocasiones lloro en silencio ante su fotografía, donde aparece acompañado por mi madre, quien cinco años atrás se reunió con él al lado de Dios. No pueden estar en otro lado por tanto amor que nos entregaron.

Pocas veces te lo dije papá, pero te quise, te quiero y te amaré hasta el final de mis días. Feliz año nuevo junto a mamá, aunque para ustedes el tiempo es ya sólo una palabra…

Twitter: @LABERINTOS_HOY