Dentro de las múltiples acciones con impacto positivo en la salud pública que se han implementado en México como la cartilla de salud, campañas de vacunación; hidratación oral en enfermedades gastrointestinales; campañas de detección de cáncer cervicouterino; seguimiento estricto a la salud de la mujer con embarazo para evitar la muerte materna; talleres para pacientes con diabetes e hipertensión arterial; y muchas otras más, el obligar la venta de antibiótico a prescripción médica es una medida de protección muy valiosa pues su uso obedecía en la mitad de los casos a autoconsumo, no a decisión razonada por un profesional de la salud.

La popularidad y uso indiscriminado de la ampicilina cápsulas cambió el panorama epidemiológico en México. Antes de su desenfrenado uso, sífilis y otras infecciones venéreas eran el retén a las relaciones sexuales causales, luego del uso masivo y sin receta de por medio de ampicilina para enfermedades no susceptibles a su acción, este tipo de padecimientosbacterianos desaparecieron del panorama.

En el mundo, más de 1.2 millones de decesos anuales se asocian de forma directa a la resistencia a los antimicrobianos (RAM); a la falta de eficacia de antibióticos, antivirales, antifúngicos y antiparasitarios. Las organizaciones Mundial de la Salud alertan de los riesgos que imponen las temporadas invernales y el uso inadecuado de estos fármacos, pues millones de personas suelen automedicarse ante síntomas de resfriado y otras enfermedades. Datos de la Organización Mundial de la Salud señalan que cada año, 480 mil individuos presentan tuberculosis multirresistente y que la farmacorresistencia complica la lucha contra el VIH y el paludismo, a los que se suman otros padecimientos. En América, microorganismos que no pueden ser atacados por estos medicamentos son la principal causa de infecciones asociadas a la atención de la salud.

Datos de la Red Latinoamericana de Vigilancia de Resistencia a los Antimicrobianos muestran que crecen patógenos hospitalarios como Klebsiella pneumoniae, cuya ausencia de susceptibilidad a los antibióticos aumenta desde 2014 con promedio de 21%. Más de 25% de los aislamientos de Staphylococcus aureus son resistentes a la meticilina. El resultado es mortalidad de 45% atribuible a esta condición, frente a las cepas sensibles, y aumento de los costos de tratamiento antibiótico (7 veces) y hospitalización (3 veces)

En México, desde hace tres décadas el Instituto Nacional de Salud Pública estudia este fenómeno, y en 2010 publicó una guía para el uso correcto y recomendado de antimicrobianos, que pueden salvar miles de vidas, pero que cada vez son más ineficaces porque continua el uso excesivo e inadecuado de la población que se automedica y se usa sin ser necesario en la producción de cárnicos y lácteos.