En Güemez la fiesta electoral, ya inicio contra todos los mandatos electorales, desde las primeras de ayer sábado en la huerta del difunto don Jorge Cárdenas González, ex candidato a la gubernatura tamaulipeca en 1993 y dos veces alcalde de la Heroica Matamoros hoy en manos del PRI y en disputa por el PAN, la música de los grupos norteños dieron calor a los naranjos quemados por el frío y tostados por las bajas temperaturas del mes anterior.

El motivo de la celebración fue el Día de la Candelaria, pero en realidad fue el motivo para darle un “baño ranchero” a Doña Adela y ponerla en el arrancadero para formalizar su perfil de “Delfina”, ya que su hijo Carlos dejo una sensación de mal gusto, por un escándalo en una playa del caribe, durante una estancia vacacional, por la que se ganó una apercibimiento de parte de la moral laxa, propia del panismo nacional que también se observa en territorio tamaulipeco.

Para 10 de la mañana las mesas estaban puestas, lo mismo que la malla sombra, el escenario donde un conjunto “marquetero” complació con polkas, huapangos, chotis, canciones de corte rancheras y los tradicionales corridos.
En la esquina norte, de la explanada contigua a un huerto seco deprimente, se exhibieron algunos electrodomésticos de todas las marcas, tamaños y colores. En el frente un bastidor con fondo azul combina con letras blancas, con los motivos del festejo y en el centro el nombre de Doña Adela, la madre “Delfina” de su hijo.

En la esquina sur, un hombre y una mujer no vendieron sus churros y papas, porque el edil también distribuyo dulces para los menores de edad que acompañaron a sus padres al magnanime acontecimiento, donde la comida fue un refresco de cola, tres tamales con una hebra de carne, una pizca de frijoles molinos con sabor a ahumado y un puñado de repollo con chile.

Los organizadores del agasajo revelaron a este escribiente, que la comida como fueron los tamales y la guarnición fue elaborada en el Ejido La Parrita de ese mismo municipio, donde las jóvenes fueron vestidas de negro y blanco, maquillaje y media zapatilla.

El alcalde estaba de fiesta, lo mismo que su achichincles, repartían gorras azules a un selecto grupo de concurrentes, se mantenían de pie pero por un lado de las hieleras, como férreos centinelas custodiaban los enlatados azucarados que solo sirven para enfermar a los menores. La fiesta la amenizaron los “Caballos Panzones de Linares” mejor conocidos como Los Corceles. Que deberían ser de Güemez porque no salen de esa región naranjera.

En otro orden, la ola azul parece marejada y mar picado, ya que la semana próxima será crucial, esta previstos los pre registros de los alcaldes de Nuevo Laredo y la Joya de la Corona como es Reynosa es decir Enrique Rivas Cuellar y la indobable Maky Ortiz, Harán lo propio, Salvador Rosas Quintanilla por el Distrito Uno de Nuevo Laredo, ayer se registró por Padilla María Concepción Sánchez Gallegos, donde el grupo compacto azul no sede terreno, ya que el grupo en el poder adquirió bienes en esa región con la adquisición de un campo turístico al margen del Lago Guerrero mejor conocida como Presa Vicente Guerrero.

Nada tiene que ver lo anterior con el fenómeno sociopolítico que crece en los linderos de Tamaulipas con Nuevo León y se expande a otras regiones del centro del estado, donde parece que el partido turquesa conocido como Panal, acaparara los más de 30 mil votos que en la elección del 2016 se desprendieron del PRI y se sumaron al PAN.

No se asuste, pero tome sus previsiones económicas y financieras desde la perspectiva de la administración, porque si el año anterior la inflación casi alcanzo el 7 por ciento, este año 2018 los riesgos podrían ser mayores.