Aproximadamente a las 3 de la mañana de hoy 22 de abril del 2017, en la ciudad de Reynosa la más importante de Tamaulipas, comenzaron a escucharse detonaciones por toda la ciudad, balaceras, persecuciones con el rechinar de las llantas y hasta “granadazos”, las redes sociales dieron cuenta precisa de la ubicación de los disparos, el caos se comenzó a fraguar mientras la mayoría de los habitantes dormían.
El resultado fue catastrófico, la violencia sin parangón, no hay en el recuerdo histórico imágenes tan contundentes de lo que antes solo se veía por televisión en referencia a ciudades lejanas.
Vehículos, camiones y autos fueron despojados de sus choferes para posteriormente ser quemados, dando una imagen dantesca a la madrugada en esa ciudad fronteriza, el reporte fue de más de 70 incendios.
La luz del sol del amanecer mostró un rostro citadino nunca antes visto, hubo quien comparó las imágenes con Irak o Siria, sobraron los reporteros ciudadanos que compartieron sus fotos por redes sociales y el temor se apoderó de todos.
Negocios, talleres, casas habitación en llamas y con gente huyendo fueron imágenes repetidas que con el fondo oscuro de la madrugada resaltaba aún más, el terror reflejado en un hombre cargando a una anciana al huir del fuego, las manos propias tapando el rostro de una mujer que no quería ver lo que sus ojos le mostraban, la angustia reflejada en los llorosos rostros de menores de edad.
Poco a poco surgieron los videos de los teléfonos celulares de quienes acudían a trabajar, todos ellos sin palabras, como si el aprendiz de camarógrafo de noticias, no pudiera hablar por tener la boca abierta.
Tomas clandestinas sin origen, algunas desde un auto en marcha, otras desde uno detenido, y muchas, muchas más desde el transporte público que afortunadamente no cesó de trabajar, pues su ausencia hubiera reportado una gran pérdida económica por la baja de producción en la ciudad que sigue siendo la Capital del Empleo en Tamaulipas.
La falta de información oficial sobre los hechos, la subsanó el gobernador de Ustedes al emitir un twitter poco después de las 8.00 de la mañana compartiendo su información privilegiada: @fgcabezadevaca “Dos objetivos claves fueron abatidos anoche en #Reynosa y centro del estado…. Minutos más tarde: “En Tamaulipas, Fuerzas Federales confirman que tras enfrentamientos con criminales murieron los delincuentes “El Toro” y “Pancho Carreón”.
Las paginas rojas mencionaron siempre a esos apodos como los “Jefes” en la ciudad de Reynosa y la zona cañera del Mante, de hecho, desde hace tiempo se le menciona al segundo como persona muy cercana en afectos al Secretario General de Gobierno en Tamaulipas.
Especulación que sin duda tendrá repercusiones al interior de gobierno, pues, aunque los muertos no hablan, sin duda en el reacomodo de su organización criminal, quedará alguien que sabe lo que muchos más ignoran.
Circula por “Whattsapp” una foto que le atribuyen al de Reynosa, en ella se ve claramente un tiro en su pómulo derecho, muy cerca del ojo, pero no de calibre grueso, aunque suficiente para considerarlo mortal por necesidad, misma que confirma que jamás intentaron atraparlo vivo.
Del sur, no han hecho llegar fotos, aunque sin ser adivino puedo imaginar que el tiro pudo ser de mayor calibre y la fotografía nada agradable para la vista de simples terrenales.
La historia nos dice que cuando suceden cosas como estas, surgen luchas intestinas para definir los nuevos liderazgos, o, como los llaman ellos, “Jefaturas de Plaza”.
Estas luchas siempre resultan sangrientas, pues el negocio es multimillonario y la impunidad enorme, aunque regularmente la vida de estos individuos es corta, siempre sobran aspirantes para liderar el crimen, pues LOS CÁRTELES NECESITAN CABEZA.
Como regularmente lo hago, comparto un artículo viejo, publicado hace 7 años, con el único objetivo de pensar, recordar y no olvidar.
Jorge Alberto Pérez González