No a todos nuestros amigos cibernautas, les pareció extraño el hecho que de pronto y sin previo aviso, me desconectara de la red desde el 4 de mayo, esto, debido a que ya estamos acostumbrados a las falla del sistema de cable, la mayoría pensó que no podría haber otro motivo, sólo algunos amigos del Facebook, de los más cercanos, diría yo, a nuestra labor como escritor y que por gracia de Dios nos encontramos en las tiendas de autoservicio, extrañados me preguntaron el motivo, y sí, efectivamente, todo se debió a una falla del sistema, que incluso, nos dejó sin televisión; pero, tal vez mi insistencia en que acudieran a reparar la falla o que se atravesó el puente del 5 de mayo, ocasionó que se dilataran en atender mi reclamo.

Cuando por fin acudió el enviado por la empresa a realizar la inspección de la causa del desperfecto, resulta que todo se debió a la llegada del frente frío próximo pasado que entró a nuestra amada ciudad con un fuerte viento que se llevó precisamente el cable que conectaba nuestra casa a la red. Imagínense ustedes, estimados amigos, lo afortunado que fui, de todo el FOVISSSTE sólo se deprendió mi extensión. Quiero comentarles, que el citado evento, tuvo las siguientes consecuencias:

1.- Mis adorados nietos, pudieron platicar más con sus abuelos.

2.-Mis queridos hijos, tuvieron más oportunidad de comprobar personalmente que sus padres nos encontrábamos bien de salud.

3.-Maria Elena y yo pudimos acostarnos temprano y dormir un par de horas más.

4.-Pude ver algunas películas mexicanas que tenía en el olvido, como Vuelven Los Tres García.

Podríamos decir que el saldo fue satisfactorio, pero la ocasión se prestó también, para hacer algunos comentarios chuscos, entre ellos, los de mi nieto Sebastián que al recibir al técnico de la empresa de cable le dijo: _Que bárbaro señor, tardaron mucho en venir a reparar el cable, imagínese todo lo que esto puede ocasionar en nuestra familia. El joven extrañado le preguntó el porqué de tanta alarma. Y mi nieto contestó: _Qué no ha oído usted que cuando no había televisión, las familias eran más numerosas, y a la edad de mis abuelos ya es muy riesgoso encargar un niño.

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