Desliza tu pensamiento suavemente por el camino que no te impone obstáculos, di ya basta a los inconvenientes repentinos que no te permiten apreciar lo mucho que has avanzado para hacer de tu destino, no un momento de continuo repetir las historias que otros ya han escrito, sino la verdad que siempre has defendido.
Déjate llevar por el viento matutino, que prolonga tus deseos por estar donde tu espíritu está tranquilo y no por llegar a un lugar desconocido, que genera el desatino que te hace dudar tu poder sobre lo ya has decidido.
Este es tu viaje y sólo tú decidirás por donde caminar, que nada perturbe la paz, que nada te haga sentir que vas a fracasar, que tu vista no se deslumbre con el aparente brillo de los que aseguran son muy exitosos en todo lo que hacen, recuerda que nadie es perfecto y el que así se concibe, es porque mucho le falta por lograr.
La dicha no te la dará la fama, ni el dinero, te la dará la satisfacción de haber cumplido a cabalidad con todo lo que reafirma tu calidad humanista, que, sin olvidarte de ti mismo, te recuerda que también tienes que velar por el bienestar de tu prójimo, que sin ser tu sangre también es tu hermano.
Sé honesto contigo mismo y con los demás, que no te amedrente la consigna de los que confunden la honestidad con la estupidez, estúpido es aquel que creyéndose astuto engaña a los que en él confían y equivocadamente lo distinguen como ejemplo y como guía.
Desconfía de aquellos que se dicen ser amigos, y te invitan a realizar acciones que van contra la moral, un buen amigo jamás te pediría que te conviertas en cómplice de sus fechorías con el afán de obtener riqueza; vale más vivir en la pobreza que perder la libertad.
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