Uno de los pilares de nuestro modelo democrático es el federalismo hacendario que permite tener un manejo eficiente del ingreso, el gasto y la deuda pública, respondiendo a los principios de igualdad, responsabilidad y transparencia que deben guiar al Estado mexicano.
En los pasados años en Tamaulipas se habló mucho acerca de cambiar la Ley Coordinación Fiscal debido a que el gobernador en su discurso argumentaba que Tamaulipas es el segundo estado que más recauda para la federación,(alrededor de 270,000 millones de pesos anuales) y que no era justo que solo se le regresara alrededor de 60,000 millones de pesos de participaciones y aportaciones federales. Sin embargo, lo que no se decía es que gran parte de lo que recauda Tamaulipas es por el IVA (Impuesto al Valor Agregado) y es por el lugar logístico que tiene nuestro estado. A parte ese impuesto es federal, solo se recauda en el estado.
Aunque podría tener puntos de acuerdo con el discurso del gobierno de Tamaulipas, considero que fue mal encarado el tema, y esto debido a que lo que solicitaba el gobernador era que los estados que más aportan tengan más recursos. Sin embargo, esa demanda implicaba que otros estados que no aportan tanto les quiten parte de su presupuesto por lo que obviamente no estarían de acuerdo con una reforma a la ley. Por lo que considero que la exigencia del gobierno del estado tenía que haber sido diferente; en lugar de pedir que los estados que más aporten tengan más recursos, debieron haber solicitado más recurso para todos los estados, ósea que en lugar de que el reparto sea 80% federación y 20% estados y municipios, se cambie de manera gradual a un 70%-30% lo que implicaría un aumento del 50% de todas las participaciones y aportaciones federales a todos los estados de la república. De esta manera se hubiese facilitado mucho tener el apoyo de todos los gobiernos estatales.
El actual régimen de coordinación fiscal entre la federación y los gobiernos subnacionales genera un escenario complicado para las entidades federativas, ya que tienen poca autonomía fiscal, alta dependencia de las transferencias federales y baja recaudación. Las entidades federativas generan únicamente el 12% de sus ingresos, mientras que el 80% de sus recursos provienen del acuerdo de coordinación fiscal con la Federación. Las entidades no aprovechan sus facultades tributarias. De los 18 impuestos que pueden recaudar, en promedio recaudan 6.
En lo personal estoy de acuerdo que se lleve a cabo una reforma fiscal de fondo que permita a México recaudar más del 20% del PIB de forma progresiva. Es necesario que las entidades federativas comiencen a recaudar más y de mejor forma, reduzcan el impuesto a la nómina para aumentar la formalidad, lo que ampliaría la base gravable, fomenten impuestos que demuestren ser progresivos (a mayores ingresos, mayor tasa).