Hace diez años escribí una página del libro de la vida, hoy hace diez años que inicie el articulo para este día hablando del ser original que todos llevamos dentro y que con el tiempo va siendo modificado por las experiencias  que vamos teniendo y los encuentros y desencuentros con otros seres, pero detuve la narrativa cuando trataba de explicar qué era lo que sentía mi versión original a la fecha, cuántos sí he tenido que dar cuando en realidad quería decir no, y cuántos no, cuando quería decir sí, y que tanto ayer como hoy vuelve a salir a flote y me hace reflexionar si lo que me ha pasado, lo que he experimentado, lo que he logrado,  es lo que tenía escrito con anticipación en  el capítulo de los procedimientos vitales para mantener una congruencia con  el entorno, y vivir en una aparente sintonía con el resto de la comunidad.

En año 2012 pensaba de la siguiente manera: No pretende el corazón engañar a nadie, más aún, porque habla sin que intervenga la conveniencia de la conciencia, pero ¿quién puede estar acostumbrado a escucharle, cuando la verdad no resulta del agrado de aquellos que sólo quieren escuchar lo que más convenga?

¿Por qué debe callar el corazón, ante la insistencia de la conciencia que es acosada,  para guardar la apariencia que le exige la comedia humana?

¿Por qué apagar la luz que nos muestra tal cual somos? Acaso creyendo inútilmente que somos diferentes y nuestros errores se cobijen con la oscuridad de las mentiras, podríamos eludir nuestra verdad.

No diré quién soy, habrán de saberlo por su propia cuenta, cuando no escuchen a través de la conciencia, cuando escuchen a través del corazón, más habrán de pasar muchas otras experiencias  ya escritas en el libro de la vida.

Está visto que para aprender a amar, se necesita algo más que la inteligencia, porque el amor no es como muchos piensan, que sólo es una intención a connivencia en donde al final unos ganan y otros pierden.

Está visto que aquellos que no escuchan con el corazón, también están ciegos y mudos, porque su inteligencia no los deja ver la verdad, porque su inteligencia no les deja hablar con la verdad.

Para poder leer el libro de la vida y asimilar sus lecciones, primero debes saber lo que es amar sin condición.

No le digas hoy a tu corazón como le dijiste ayer, lo que debe de hacer o dejar de hacer, déjalo hablar, déjalo ver, déjalo escuchar lo que Dios tiene para ti.

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