José Manuel mi séptimo nieto, de 7 años, inteligente, analítico y vivaz, me preguntó hace unos días: Y ahora, ¿qué aventura contarás abuelo?, su pregunta me hizo recordar algunas de las opiniones de mis críticos más radicales sobre mi narrativa, a la cual han etiquetado como pura fantasía, curiosamente, entre ellos, se encuentran miembros de mi familia, a los cuales en su momento les he preguntado: ¿Qué tanto me conoces? Y por la brevedad de sus respuestas, me doy cuenta de que han estado muy poco tiempo cerca de mí, y basan su conocimiento de mi personalidad en hechos circunstanciales, momentos efímeros, de encuentros fortuitos. Realmente no me conocen, y por ende, saben poco de mi vida. Cuando me han dado su opinión sobre mi narrativa, pareciera que les disgustara algo, o que en ella encuentran evidencias de situaciones o hechos que para ellos les resulta imposible de suceder; he advertido en ellos un común denominador: son poco románticos, muy poco espirituales, y cultivan un ego sobresaliente; pareciera que viven en perenne conflicto con aquellos que no comparten sus ideas, más advierto que se sienten víctimas de todo lo malo que acontece en su vida. Al principio intenté explicarles que en mi narrativa, la mayoría de las veces soy protagonista, estoy de acuerdo con aquellos que definen que el narrador no es un tipo que habla, es una voz que habla, y mi voz emerge de una verdad. Mas he de confesar que dentro de mi narrativa, me acompañan la imaginación y la creatividad.

José Manuel, mi séptimo nieto, me dijo sabiamente aquel día: Abuelo, cuando hablas sobre la naturaleza, suelo tomarte de  la mano, para no soltarme de ti en aquel viaje, donde a pesar de lo difícil que puede ser la vida, siempre me permites ver lo que tú buscas y sueles encontrar, si hablas de un arroyo con tus palabras le das vida, si hablas de un árbol seco, encuentras siempre vida en los brotecitos que nacen de su tronco, así, como actualmente los tiene ese viejo naranjo que te regalara uno de tus alumnos hace ya tantos años y que a pesar de todas las calamidades del tiempo, permanece junto a ti, tan vivo que sigue dando frutos.