Faltando 4 días para conmemorar el aniversario luctuoso de mi señor padre el Q.F.B. Salomón Beltrán García, me permito darle continuidad a loque está siendo ya una tradición dentro de mi actividad como aprendiz de escritor y que es la publicación del poema que le hice el mismo día que su espíritu se despidió de su cuerpo terrenal. Por cierto, en este mismo mes de septiembre, el día 2, de estar vivo mi padre, hubiera cumplido 93 años de edad; y puedo asegurar que vivió y murió como él quiso; murió joven, porque decía bromeando, que cuando uno fallece, teniendo avanzada edad, lo único que se escucha en el funeral son afirmaciones de una realidad inevitable, tales como: “ya le tocaba, estaba viejo” por eso decía quería morir joven para que sus amigos y las personas que lo conocieran comentaran: “Es una lástima, le quedaba mucha vida por delante, era aún joven y no feo”.

Alguno de mis lectores me ha dicho que coleccionan mis narraciones, bueno, alguna sección que les agrada, de hecho, tal vez ya tenga entre su colección el poema en mención, pero como dicen los amantes de la literatura, que las buenas obras cada vez que las leemos, encontramos algo nuevo, y yo espero que aquellas palabras que escribí aquel triste día, los motive a valorar cada instante, cada oportunidad que tengan de estar cerca de sus seres amados para disfrutarlas al máximo.

Cómo olvidarte

Quisiera recordarte triste más me resulta imposible,

eras tan alegre, tan bromista, de tan oportuna ocurrencia.

Quisiera decirte adiós y me resulta inconcebible

aceptar que no estás aquí, pues aún siento tu presencia.

Cómo decirte ahora que estoy dolido y muy sensible,

sin derramar el llanto de mi espiritual esencia.

Cómo alcanzar tu altura, águila invencible,

forjaste toda una leyenda en tu ascendencia.

Para ti la vida bohemia era imprescindible,

por eso siempre la guitarra anunciaba tu presencia.

Para ti la amistad era un lazo indisoluble,

y llegaste a integrar cadenas con afán y persistencia.

Tus canciones serán todo el tiempo inconfundibles,

pues en ellas, impreso dejaste el corazón con impaciencia.

Tus canciones son ahora los tesoros codiciables

de todos los que te escuchamos con agrado y complacencia.

En esta tierra tamaulipeca de hombres muy respetables,

si de amistad sincera se pidiera referencia,

en esta tierra de bondad y de franqueza inigualables,

mencionará tu nombre, todo aquél que te quiere yque te aprecia.

Con cuánto orgullo escuché que eras de sentimientos nobles,

sanando con ello los sucesos que marcaron mi existencia.

Con cuánto orgullo admiré de ti los conocimientos más notables

que humildemente aplicaste al ser solicitada tu experiencia.

Alguna vez te escuché decir aquellas palabras formidables:

“El hombre que no sirve a sus semejantes, no justifica su existencia”

Alguna vez te vi servir y sufrir lo inconfesable

por no poder seguir al vencer el mal tu resistencia.

Y ahora que estamos visiblemente inconsolables,

queremos resignarnos y no sentir tu ausencia.

Y ahora el cielo gris, preludio frío de tinte inconfundible,

refleja tu faz cansada, triste… feliz en apariencia.

Corre y busca ahora, luchador infatigable,

la ansiada felicidad que existía en tu conciencia.

Corre presuroso, que la luz de amor inagotable,

te dará la calma de un niño en su inocencia.

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