De manera increíble, el secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray señaló que el Gobierno de Venezuela
tiene rasgos autoritarios y dejó de ser democracia funcional y aseguró que México usará todos los canales diplomáticos para ayudar a que Venezuela logre una solución pacífica de sus problemas. “Las cosas hay que llamarlas por su nombre. Tenemos un país que dejó de ser democracia, algo tremendamente peligroso para la región”.
Al menos 59 personas han fallecido en medio de masivas movilizaciones antigubernamentales en el país, que sufre crisis económica, escasez de alimentos y medicinas.
El Gobierno acusa a la oposición de buscar derrocarlo con violentas acciones en las calles. El Canciller agregó que la solución final para restablecer la democracia y permitir el flujo de ayuda humanitaria está en manos de los venezolanos y del Gobierno de Nicolás Maduro y llamó a los Ministros de Relaciones Exteriores de la Organización de Estados Americanos (OEA) a adoptar una resolución clara sobre la situación en Venezuela.
Videgaray dijo que el acuerdo resolutivo debe incluir un calendario electoral y restablecer las facultades de la Asamblea Nacional. Añadió debe revisar el uso de tribunales militares para enjuiciar civiles, la liberación de los presos políticos, y señala que una Asamblea Constituyente, electa de manera cuestionable, agravará el problema.
Asentó que la OEA no es un club geográfico, es una organización que comparte principios y valores, como la democracia con genuina división de poderes, el respeto a la libertad de expresión y a los derechos humanos. “Si esto ocurriera en mi País, a mí no me gustaría que la comunidad internacional mostrara indiferencia”. Hay que enseñar la realidad de lo que ocurren en México a Videgaray para que clame por esa OEA, dizque organización de valores como la democracia.
Más de cien mil personas desaparecidas, otras tantas fallecidas por la actividad del crimen organizado. El robo desenfrenado del patrimonio nacional de diversas maneras; la simple desaparición vía extracción de dinero del presupuesto; el contratar obras y servicios carísimas y de mala calidad y en muchas ocasiones, obras y servicios no necesarios.
La democracia, muerta a manos de la oligarquía dueña del poder financiero que autoriza a sus vasallos vía partidos políticos a continuar engañando al ciudadano con aparentes rivalidades entre partidos y entre candidatos. Los servicios públicos que conforman el bienestar social están tirados; agua potable oportuna y suficiente para la mitad de los mexicanos; vivienda digna una utopía; salario suficiente igualmente un sueño; educación y salud, ya sabemos de las tragedias de los que se gradúan, sin haber aprendido lo que deberían y sin empleo luego de concluir su enseñanza, mientras en los hospitales campea un ambiente de irresponsabilidad que se apodera de las instituciones
generado y al amparo del mismísimo Estado Mexicano, mismo que protege a los líderes sindicales vueltos millonarios y a los centenares de funcionarios públicos y gobernantes.
Videgaray no me parece ignorante; tampoco me parece dominado por algún tipo de enfermedad mental que no le permita el contacto con la realidad. Videgaray me parece temerario pues expuso en demasía la fragilidad social y política