No pude eludir su mirada inquisidora, sus hermosos ojos cafés reflejaban una duda y él me había seleccionado para hacerme la pregunta que le inquietaba, entonces dijo: Abuelo ¿a qué edad empieza uno a escuchar su voz interior? ¿De dónde sacaste esa pregunta José Manuel? ¿Cómo que de dónde? Y llevándose el dedo índice a la sien derecha o región temporal, me dijo, pues de la cabeza. ¿A qué te refieres con la voz interior? inquirí. Tú me entiendes, respondió José Manuel. Está bien, le contesté, espero ser claro en todo lo que te voy a decir; algunas investigaciones científicas aseguran que desde los 18 a los 21 meses de edad, otras que entre los 5 y 7 años. El niño sorprendido, insistió: Pero tú que dices a eso, a qué edad empezaste a escuchar y platicar con tu voz interior. No recuerdo exactamente, pero creo que a los 3 o 4 años me percaté de que tenía voz interior. Y cómo descubriste eso, continuó preguntando José Manuel. Bueno, si mal no recuerdo, a esa edad tenía muchas dudas sobre todo lo que me ocurría, sobre todo con situaciones preocupantes, que me lastimaban porque estaban rompiendo la armonía y la paz que había experimentado cuando sentía el amor de mis padres y demás familia; ahora sé que lo que más duele es no sentirse amado o descubrir que el amor como lo concibe un niño resulta ser tan voluble y vulnerable para los padres, así es que cuando escuché por primera vez mi voz interior, esta trató de que entrara en calma, me decía que no me preocupara, que yo era bien amado, y me invitaba a dialogar y para ello me llevaba a un lugar especial. ¿Cuál era ese lugar especial, abuelo? Me preguntó entusiasmado José Manuel. Espera, le dije, no comas ansias, déjame recordar bien, ah sí, ese lugar fue a los pies de un hermoso árbol, que daba una reconfortante sombra cuando el sol dirigía sus rayos más potentes sobre mi humanidad; el árbol se ofreció como una cómoda silla, yo recargué mi espalda en su grueso tronco, retraje mis rodillas para acercarlas a mi pecho, y luego, un cálido airecillo recorrió mi cuerpo y mis ojos se entrecerraron, como cuando te da sueño, fue en ese momento cuando escuche con mayor claridad mi voz interior, recuerdo que me dijo: ¿Te sientes mejor?, yo le respondí que sí, pero confundido, le pregunté ¿quién eres tú? Y la voz me contestó: Algunos te dirán que soy la voz conciencia, la voz de tu mente, o que es tu auto lenguaje, o sea un diálogo en el cual tú te haces una pregunta y después tú mismo te contestas; los científicos le llaman la voz del córtex o corteza cerebral, donde ocurren la percepción, la imaginación, el pensamiento, el juicio y la toma de decisiones. ¿Y tú que dices abuelo? Bueno, José Manuel, cuando yo le pregunté a mi voz interior quién era, ella respondió: Yo Soy, era la voz más dulce que he escuchado, la más hermosa, que ha existido, y me dijo que me amaba y me amaría por siempre, y al escuchar aquello, la armonía y la paz regresó a mi ser, la confianza se convirtió en fe y la fe abrió la puerta para encontrar todas las respuestas a mis dudas.
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