Apenas hace 3 años y viendo la respuesta extraviada de la oposición en México, llegué a pensar que MORENA superaría los 70 años de gobierno del PRI, hoy al ver que no pretenden enmendar el camino casi me queda claro que lo harán por los próximo 100 años.
Siguen y persisten tratando de recuperar sus privilegios, olvidándose de que todos y cada uno de los mexicanos, esperamos el surgimiento de una oposición emergente, con liderazgos nuevos, con compromisos sociales actuales y con ganas y deseos de heredar a sus hijos un mejor futuro.
Parece ser que en esta vida no me tocará verlo, tal vez muera como mi padre, esperando un verdadero cambio. En vida, antes de partir de este plano en el 2017, él se lamentaba de haberse emocionado de niño con la candidatura de Juan Andreu Almazán, quien en 1940 se postuló por la presidencia de la República mexicana.
A sus escasos 12 años de edad, aprendió mucho de política, siguió con su padre Almazanista de hueso colorado, la campaña, soñó que ganaba el candidato del pueblo y que las cosas mejorarían en el país.
Estoy seguro que hubiera disfrutado en el 2018 el triunfo de Andrés Manuel López Obrador, pues en sus pláticas siempre hacía referencia de los símiles que tenían las aspiraciones de ambos, pero no le dio tiempo, la vida se le acabó en agosto del 2017, casi un año antes.
Hoy cuando deberían de aparecer caudillos jóvenes enarbolando banderas diferentes y expresando ideas para el futuro de la nación, los viejos se sostienen en los espacios políticos y no le dan la oportunidad a los nuevos.
Es más fácil enfermar a los nuevos valores que dejar que destaquen en las máximas tribunas, es mejor reelegirse en los liderazgos partidistas que abrir los espacios a las nuevas generaciones.
Por ello persiste la manipulación de la información, por ello ofenden al intelecto al suponer que en México las nuevas generaciones no están listas para votar por sus jueces.
No basta estudiar la historia también es necesario recordarla, mi abuelo en Monterrey, Nuevo León, fue Juez de Paz en su colonia, elegido por sus vecinos, a pesar de no haber terminado la primaria, pero esas enseñanzas de la vida, hoy no caben en las posibilidades. Como en la época de los títulos nobiliarios, hoy tener Licenciatura, Maestría y Doctorado es requisito indispensable, así que ahí es donde se deben de buscar los nuevos liderazgos.
Es de risa sí, pero no olvidemos que AMLO requirió 13 años para obtener su título y que Fox requirió de 21 y que Xóchitl necesitó 28, así que los verdaderos liderazgos, tal vez estén escondidos en algún joven de Preparatoria trunca.
La sociedad no necesita licenciatura para saber que es la Constitución Política de nuestro amado México, ella confía en la definición etimológica de la palabra DEMOCRACIA, y si durante décadas soportó un salario mínimo ínfimo, para no provocar inflación, estoy seguro de que ahora, sabrá esperar la oportunidad para hacer valer su voto por los jueces.
Ya no existe aquel lumpen proletario que no tenía acceso a un teléfono inteligente, hoy con un solo vistazo a Facebook se entera que cruzando el rio se elige a los jueces, al mismo tiempo que se elige al Presidente de la nación.
Esta tan distraída la oposición que ponen de ejemplo que en USA los jueces de la Suprema Corte de Justicia de la Nación los pone el Presidente de la Republica y los avala el Senado, tal vez eso debió quedar plasmado en la reforma judicial promovida por AMLO, tal vez así hoy estarían tranquilos y buscando como elaborar programas adecuados para que los mexicanos viviéramos mejor.
Pero no, siguen distraídos peleando por cosas que no tienen remedio y sembrando narrativas que confunden hasta a los más doctos, tratando de salvar sus privilegios, porque solo eso es lo que los mueve.
Amigos, por cuestiones de salud tendré que hacer un paro en mis colaboraciones semanales, una pequeña cirugía me tendrá inhabilitado por tres meses, resulta que un pequeño tumor apareció en el conducto medular, así que tendrán que operarme el 2 de noviembre la columna vertebral, exactamente entre la L5 y la S1.
Sé que los adelantos médicos son extraordinarios, sin embargo, no podré permanecer sentado por un tiempo y así es como escribo, confió plenamente en mi Doctor, Eduardo Reyes Jácome y sé que pronto volveré a estar frente al teclado, porque LA VIDA ES BELLA.