Ante la regeneración de los cuadros directivos de nuestra máxima casa de estudios, el gobierno de la Transformación en Tamaulipas avanza sustantivamente a favor de la liberación de la Universidad del pantano en que se había hundido.

La administración universitaria impuesta por el gobierno panista ha sido acusada -por la UIF y en múltiples declaraciones en medios de comunicación- por haber usado y abusado de la universidad, como si fuera su caja grande para pagar los autoelogios públicos y desviar recursos hacia campañas políticas y cuentas patrimoniales muy distintos a los objetivos institucionales de la Universidad.

La llegada del Doctor Dámaso Anaya a la rectoría de la UAT abre nuevos horizontes para marcar la diferencia en la orientación y calidad académica de la institución, pero también se ofrecerán múltiples posibilidades para poner a la universidad al servicio de las comunidades urbanas y rurales de Tamaulipas.

La sociedad tamaulipeca necesita de la formación de las nuevas generaciones, pero también de los servicios del extensionismo y de la transferencia del conocimiento científico y tecnológico a las instituciones públicas y sociales, así como a los productores y prestadores de servicios que requieren de la mejor ciencia y tecnología disponible para enfrentar los desafíos de nuestro tiempo.

¿Cómo ha sido la evolución de la UAT en los últimos 7 años?

De acuerdo con el Ranking de los evaluadores externos de las instituciones de educación superior como América Economía, la UAT en el 2016 se posicionó en el escalón 28 entre las 100 mejores universidades de México, cuando tenía el 42% de sus programas académicos acreditados; en el Ranking 2023 cayó al lugar 38, por debajo de las universidades estatales de Sonora, Chihuahua, Baja California, San Luis Potosí, Coahuila, Veracruz y desde luego Nuevo León, por mencionar las de nuestra región. En otros Rankings internacionales como el 4ICU International Colleges & Universites, la UAT se ubica en el lugar 42.

La recuperación del prestigio de la UAT será sin duda uno de los objetivos inmediatos para obtener la confianza del alumnado que busca universidades de calidad, o de los empleadores que requieren profesionistas bien calificados y para las instituciones sociales y productores que demandan servicios tecnológicos y científicos que los hagan más competitivos.

La UAT implantó este ciclo escolar una reforma académica en su oferta educativa, que incluyó la actualización de sus programas para corresponder a los retos de la sustentabilidad y para adecuarse al avance exponencial de la ciencia y la tecnología en el mundo entero, sin embargo, ahora la sociedad reclama de mayor compromiso social y mejorar en la pertinencia de sus programas para que sus egresados sean contratados y/o emprendedores.

La Nueva Escuela Mexicana, inspirada en una relación armónica y colaborativa entre la escuela y la sociedad, requiere que los cuerpos académicos y equipos científicos atiendan con prestancia y calidad los requerimientos de los proyectos institucionales estratégicos y de los sectores social y productivo de cada región de Tamaulipas.

A manera de ejemplo, podemos considerar que Tamaulipas habrá de encarar en el futuro cercano la mayor crisis hídrica de su historia, los centros urbanos padecen insuficiencia crónica del agua potable, los sistemas de tratamiento y reutilización del agua son muy limitados; la contaminación y el desperdicio de agua en las ciudades, pero sobre todo en el campo es insostenible y en la universidad no hay un programa de licenciatura o de posgrado enfocado a la Ingeniería Hidráulica.

Tamaulipas requiere una Universidad Estatal a la altura de nuestro tiempo y de nuestro gran capital territorial. Tamaulipas es la 2ª potencia nacional en energías fósiles y renovables; es líder en la industria petroquímica y en servicios al comercio exterior; también en producción de alimentos y bebidas; y somos de los principales productores y exportadores de equipos eléctrico y electrónicos, de autopartes y de circuitos automotrices.

Ahora viene la relocalización de empresas de Asía hacia nuestro territorio, con nuevas exigencias de operación con la tecnología disruptiva de la 4ª revolución industrial y la electromovilidad, así como la transición definitiva a la era digital y del conocimiento y la sociedad espera mucho de su universidad.

La renovación de la alta dirección universitaria es una estrategia indispensable para reorientar sus servicios académicos, considerando la voluntad colectiva en favor del humanismo y la justicia social, así como la oportunidad para recuperar la confianza pública en la UAT, cumpliendo con los principios de honestidad, austeridad y rendición de cuentas exigida por la ley y por las políticas públicas que imperan en el régimen de la 4ª. Transformación en Tamaulipas.

La universidad cuenta con todo para superarse a si misma y destacar en nuestro país, hay mucho talento entre sus 40 mil estudiantes, en su personal docente preparado y actualizado, así como en la infraestructura y equipo para su desempeño de excelencia.

La UAT también cuenta con recursos económicos que rondan en los 4 mil millones cada año, los cuales son más que suficientes, si son bien manejados bajo el liderazgo de la nueva generación académica y administrativa que representa el Doctor Dámaso Anaya Alvarado. En hora buena.

Numeralia:

  • Ciclo 2022-23 Estudiantes en licenciatura en la UAT: 38,181 con 2,623 docentes.
  • Estudiantes de licenciatura en Tecnológico Nacional 24,138 con 1,239 docentes.
  • Estudiantes de licenciatura en Escuelas particulares: 63,559 con 5,756 docentes.