Mientras haya brillo en tu dulce mirada, la luz de la vida permanecerá encendida y si otra alma ilumina la oscuridad que te acecha, no dudes en recibirla porque viene a rescatar la esperanza perdida.
Veo la luz en tu mirada, y en ella, el reflejo de mi pequeña figura ante tan grande hecho de saber que eres inigualablemente hermosa y pura.
Si tú me miras con el mismo amor de mi llegada a la vida, eso podrá decirte que el amor es eterno, por eso no se hace viejo, por más que pasen los años.
La vida ha sido un grande festejo, sí, lo sé, hubo bajadas y hubo subidas, pero siempre al final a Dios se lo agradecíamos por habernos dado la oportunidad de caminar por amplios caminos, que cuando parecían estrechos siempre nos llevaron a un maravilloso final.
La luz de tu mirada me atrae, siendo yo un grano de arena en la soledad del desierto, porque estando tan alta la luz de tu amor, hasta aquí me puede llegar, iluminando mi vida, haciéndola sentir amada y consentida.
Mientras haya brillo en tus ojos…amada mía, podrás ver lo cerca o lo lejos que estoy, pero siempre con ello sabrás que eres por Dios consentida y por su hijo, mi Señor, no se diga.
Mientras el Espíritu de Dios ilumine nuestras vidas, podremos compartir la luz de su amor, con quien quiera compartir tu mirada o la mía.

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