De la llave que fluye sabiduría nadie toma, siempre ha estado ahí, al alcance de todos para abrirla, y tomar de ella, todo lo bueno que se desea, pero nadie parece tener sed, unos pasan a su lado como si no existiera; otros, son desconfiados y se alejan sin consentir, al menos, la posibilidad de estar cerca de ella para ser beneficiados.
La llave de la sabiduría se está oxidando, de tantos años de estar expuesta a las miradas frías y no existir quien quiera darle el uso adecuado, hoy no cierra bien y escapan de ella gotas de conocimiento, que podrían devolverle el aliento a todo aquél que sufre, por su ignorancia y rebeldía, por no tener la osadía de saber quién es.
De la llave de la sabiduría no corre el egoísmo frío, ni la ofensa, todo lo que discurre con humildad, observando la caridad y la decencia, ausente de impurezas y de vilezas; te está esperando a ti, que en ocasiones, por curiosidad te asomas, o despistadamente, finges una maroma para caer cerca del goteo intermitente del conocimiento que no tiene principio ni fin.
Yo estoy ahí, tan cerca, alimentándome de los valores para alcanzar la madurez y la nobleza, para ser digno de la confianza del creador del universo, que al camino torcido endereza.
Yo soy un simple aprendiz, sediento de conocimiento, muy alejado de la pureza de lo más alto, aspirante eterno a ser feliz, siguiendo los pasos de mi Maestro; soy el que camina en el desierto, siguiendo las huellas que va dejando a su paso, el espíritu de aquél que va derramando amor y sabiduría.

Correo electrónico:
enfoque_sbc@hotmail.com