Cuando tengo la sensación de haber perdido algo y no logro saber qué es, me pongo a meditar, y con ello, empiezo a revisar una lista que escribí hace tiempo con lo más preciado que poseo:

Vida: ¿Acaso quisiera tener más que eso? si tienes vida, me dije, puedes tenerlo todo; mas aquél que no tenga un propósito de vida, no podrá llegar a  vivir tanto como quiere; busqué pues, contar con un motivo que le pudiera dar rumbo y sentido a mi existencia.

Amor: Siento que lo he tenido desde antes que de que mis padres me concibieran. Aquél que decidió que yo existiera, buscó a los dos seres más maravillosos de la tierra para que me engendraran, y después, me llevó al encuentro amoroso con el espíritu angelical, para completar la fusión de dos entidades en una sola y el amor se volvió eterno con la descendencia, cumpliéndose con ello, la promesa que nos hiciera Jesús de Nazaret.

Amigos: Pareciera cosa fácil el hecho de tener amigos, mas, por mucho que simpaticen contigo, si no logran amarte, nunca podrás decir que los has tenido; yo los he tenido, apenas los necesarios para no perderme en el camino, y cuando se han tenido que marchar, al liberarse su espíritu de su cuerpo material, algunos de ellos, se integran al mío, para poder la amistad perpetuar.

Humildad: He tenido la humildad para aceptar que en muchas cosas pude estar equivocado, menos en una, en amar a mi prójimo, lo he amado con el corazón, porque la mente suele ser traicionera, puede exigirte reciprocidad y entonces, el amar se vuelve una cosa cualquiera.

Dignidad: Cuando se pierde el amor por sí mismo, se pierde la dignidad, y entonces, todo lo valioso que tienes, queda reducido a una entidad lastimosa que empieza a mendigar amor; pero, ¿para qué ha de querer que lo amen, aquel que no tiene gratitud por todo el amor que Dios le obsequió?

Resurrección: Creo en la resurrección porque muchas otras veces he muerto y he regresado a la vida, porque la fe que me inspira a empezar de nuevo, se construye en ese espíritu de renovación de todos los días, se nutre de la palabra viva de quien decidió que yo existiera, para conocer todo lo que puede un hombre padecer cuando no logra entender por qué debe de amar primero a Dios.

Cuando tengo la sensación de haber perdido algo y no logro saber que es, siempre podré contar contigo, para que me hagas comprender, que estando tan cerca de tu Hijo amado, nunca podré perder lo que con amor se me ha obsequiado.

enfoque_sbc@hotmail.com