Por mandato de ley, el voto es universal, secreto, libre, directo, personal e intransferible, y está prohibido que se obligue a nadie, a revelar el sentido del voto.

Pero también es legal, que se respete la voluntad de la persona que voluntariamente desee expresar por sus nombres al partido o candidato que favorecerá con su sufragio.

Esta columna ejercerá el domingo 6 de junio el llamado voto cruzado, es decir, a favor de candidatos postulados por partidos diferentes, porque la intención es votar por las personas, no tanto por los partidos que los tienen registrados.

Así por ejemplo, nuestro voto está reservado para Crisel Alfonsina Pérez Contreras candidata a regidora, en la planilla del Partido Fuerza por México, que tiene como abanderada a la presidencia municipal victorense a la maestra Blanca Anzaldúa.

Votaremos por el ingeniero Enrique Cárdenas del Avellano, del PRI, para diputado federal, y por Elba Lidia Valles, del Partido Movimiento Ciudadano, para diputada local.

Por supuesto, MORENA es el partido de todas nuestras simpatías aunque Eduardo Gattas sea el candidato a presidente municipal, y hay un empate virtual entre él y la abanderada del PAN, Pilar Gómez Leal.

Pilar tiene en su contra que su jefe político es el todavía Gobernador Cabeza de Vaca, cuya carrera está tronada, pero ni modo que la dama lo repudie públicamente pues ambos son frutos del mismo árbol.

Hoy miércoles 2 de junio es el último día autorizado para hacer campañas de proselitismo, y el domingo entrante los ciudadanos acudirán a las urnas para decidir con el voto a quienes quieren como diputados federales, presidentes municipales, diputados locales.

Tenemos en México una pobre cultura política producto de casi un siglo de dominio nacional del PRI, una hegemonía que se rompió hace 21 años, cuando el PAN ganó en las urnas la Presidencia de la República, llevando a Vicente Fox a Los Pinos.

No convenía al partido tricolor tener una sociedad informada y se mantuvieron atajados los niveles de escolaridad, lo que se tradujo en un crónico abstencionismo electoral.

La gente trataba de justificar su indiferencia con el la frase que se hizo una tradición: “para que voy a votar, si como quiera gana el PRI”.

La alternancia de partidos en el poder rompió la apatía aunque todavía prevalece cierto desdén ciudadano hacia la cosa pública.

Lo importante ahora es llamar la atención sobre la necesidad de terminar de convencer a los escépticos de que tienen en las manos un poder que no usan, para determinar el rumbo de la nación, del Estado, del municipio.

Ese poder deriva del ejercicio del voto. Carlos Cantú Rosas en Nuevo Laredo, Ernesto Gómez Lira en Reynosa, Juan Antonio Guajardo Anzaldúas en Río Bravo, Gustavo Cárdenas Gutiérrez en Ciudad Victoria, Fernando San Pedro Salem en Tampico, son políticos que provocaron en sus tiempos, lluvias de votos.

Ellos derrotaron al sistema, el establishment, el statu quo, mediante llamados a la insurrección civil contra el gobierno y el partido político dominante.

Ahora estamos a unos días de que se produzca la elección concurrente (federal y local), para renovar autoridades aunque los candidatos fueron muy pobres, raquíticos, escasos, débiles en propuestas concretas.

Ninguno de ellos se tomó la molestia de convocar a una reunión de prensa para plantear su lista de intenciones, propósitos, temas, banderas electorales. Las campañas de proselitismo fueron laxas, flojas, débiles, guangas.

Lo que sigue es que los ciudadanos se tomen su tiempo, para revisar y reflexionar sobre lo que hayan escuchado decir a los diferentes candidatos, para hacer comparaciones y escoger lo que crean que convenga a sus intereses.

Las autoridades electorales tienen por su parte, la obligación, el compromiso y el deber, de manejar con transparencia las etapas finales del proceso, para no dejar lugar a la especulación, la incertidumbre, la suspicacia.

Eso de perder, extraviar, esconder, reimprimir boletas, da mala espina a los ciudadanos pues abre espacios al sospechosismo.

Como dice el refrán clásico, la esposa del César no solo debe ser honrada, sino parecerlo.

Correo electrónico:
albertoguerra65@hotmail.com