La deuda pública nacional es de 13 billones de pesos, incluye pasivo laboral de Pemex por 1 billón de pesos; de Comisión Federal de Electricidad de 5 billones de pesos. Se trata de una bomba de tiempo que el aumento de impuestos por la Reforma Hacendaria de 2013 desactivó y a pesar de este precario estatus financiero, Peña Nieto duplicó en cuatro años la deuda externa.

En la Ley de Ingresos de la Federación para 2013 se autorizó un endeudamiento interno para el gobierno federal de hasta 415 mil millones de pesos; para 2014 561 mil 572 millones de pesos y en 2015, 600 mil millones de pesos.

De acuerdo a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, en el año 2000 el total de la deuda del sector público federal fue 1.521 billones de pesos, el costo financiero de dicha deuda fue de 201 miles de millones de pesos. En el periodo 2000-2015 el total de la deuda aumentó 454% y el gasto neto del sector público presupuestario se elevó el 295%. De acuerdo a la SHCP, en 2015 el total de la deuda fue de 8.430 billones de pesos, cifra por la que se pagó 408.287 mil millones, lo significa que en 15 años empeoramos.

Es una situación preocupante respecto al Producto Interno Bruto de México pues pagar 408 mil de millones en intereses de la deuda es excesivo en un país que tiene demasiadas carencias.

Para dimensionar el costo de la deuda recurramos a las participaciones (principal fuente de ingresos) pagadas por el gobierno federal en 2015, fueron 629.130 mil millones de pesos, lo que implica que el costo financiero de la deuda representó el 65% del total de participaciones federales.

La situación va a empeorar ya que la deuda es 8.867 billones de pesos y el costo será de 477.5 mmdp, 47% respecto al PIB, por lo que las calificadoras de riesgo como Moody´s y Standard and Poor´s pueden bajar la calificación de la deuda. Si a México le bajan la calificación de su deuda, pagará mayor tasa de interés.

Podemos señalar que contrariamente a lo que dice el discurso oficial de que se da una mejoría en las finanzas públicas, la realidad es que se siguen deteriorando porque la deuda sigue aumentando a tasas superiores a las del crecimiento de la economía; además el alza en las tasas de interés hace que se destine más dinero para pagar deuda y haya menos dinero para la inversión física, programas de apoyo a las empresas, y programas fundamentales para combatir la pobreza.

Con estas cifras podemos señalar que lo que ha pasado con el manejo de la deuda pública en México en los últimos años, que compromete el bienestar de las futuras generaciones, es simplemente irresponsable y no hay otra manera de llamarlo.

La deuda neta del sector público pasó de 8.51 billones de pesos a 9.81 billones entre enero de 2016 y el mismo mes de este año. La deuda interna es de 6 mil millones de pesos; la deuda externa es de 180,600 millones de dólares, lo que equivale a 3.79 billones de pesos.

El costo financiero aumentó a 54%. El gobierno federal seguirá enfrentando dificultades financieras ya que el pago por la deuda seguirá creciendo por tasas de interés más altas y por la depreciación del peso (encarece la deuda contratada en dólares) Los ingresos públicos seguirán limitados, ya que se condicionó no aumentar más los impuestos, los ingresos provenientes del petróleo seguirán bajos por varios años y el crecimiento económico seguirá siendo modesto, incapaz de producir los empleos que México demanda. Todo el ajuste tendrá que venir del gasto público, que afecta a su vez al crecimiento económico”.

En 2016 el ingreso petrolero cayó 9% y a pesar de dos recortes al gasto público por 164,078 millones de pesos (mdp), el gobierno federal gastó 579,884 mdp por arriba de lo planeado. Este es el Estado Mexicano que gobierna para enriquecer a la casta gobernante y para empobrecer a los mexicanos. La última ocasión en que la hacienda nacional cerró un ejercicio fiscal con superávit fue cuando México era de España.

Cuando la Independencia entregó el dinero público a los mexicanos, al cierre del primer año de gobierno independiente, había déficit. Nos quitamos un grillete real y lo remplazamos por un gobierno nacional que de inmediato colocó el grillete en lo social, lo económico y lo político.