Ante la incapacidad de los diputado morenistas de mantener la mayoría en el Congreso Local ganada en las urnas en el 2021, permitieron las imposiciones legislativas panistas, por lo que el gobernador Américo Villarreal comienza su sexenio contra corriente, al heredar un fiscal y un auditor estatal “cabecistas”, que no podrá relevar, sino tiene a las dos terceras partes de los diputados de su lado.

Ante este escenario, el mandatario sabe muy bien que la clave está en el Congreso, por lo que el mensaje durante su toma de protesta así lo dejo ver, pues invita a los opositores al diálogo y establecer acuerdos para beneficio de los tamaulipecos.

El gobernador destaca que más allá de sus diferencias legítimas y respetables, se deben al pueblo, por lo que deben construir juntos un futuro de esperanza.

Para después expresar lo que me parece la frase política más importante de todo su discurso, que incluso repitió tal cual, durante su mensaje en el recinto ferial.

“Las puertas a la colaboración están abiertas, para todo aquel que desee el cambio verdadero para nuestra tierra”.

Palabras que seguramente a los morenistas puros no les debieron de gustar, contrario a los priistas, ex priistas y hasta panistas, no cabecistas, pues parece abrirles la puerta para hacerlos sus aliados y garantizar la implementación de su modelo de transformación en Tamaulipas.

NI SEGUIDORES CIEGOS, NI VICERALES ADVERSARIOS 

Convocatoria que tuvo respuesta en el mensaje de posicionamiento que Alejandra Cárdenas, presidenta de la Mesa Directiva del Congreso Local dio al iniciar los trabajos del segundo año de labores el pasado lunes.

Primero, deseándole éxito en su administración, asegurando que en la medida que le vaya bien al gobernador, también le irá bien a Tamaulipas.

Y segundo, en que, como otro poder, esperan colaboración, entendimiento y trabajo en beneficio del pueblo; pero también un contrapeso cuando se requiera.

Rematando la respuesta con la frase: “No espere de este parlamento un ciego seguidor, pero tampoco un irresponsable y visceral adversario”.

La respuesta es clara, los legisladores, en especial los priistas y algunos panistas, están dispuestos a dialogar con el nuevo mandatario estatal o con quién él designe para llegar a consensos.

Es decir, por la fuerza nada, por el diálogo todo, un ganar-ganar entre el ejecutivo estatal y el Congreso, que termine la parálisis legislativa que tanto daño hizo, en donde los diputados fueron conocidos por los ciudadanos, más por los escándalos que por sus iniciativas.

EL RETO 4 VOTOS AZULES 

Con las dos reincorporaciones a la bancada guinda, los morenistas suman 17 legisladores, más el voto de su aliado Gustavo Cárdenas y seguramente dos más de los diputados priistas Alejandra Cárdenas y Edgar Melhem aportarán como lo dejo ver la legisladora, a Américo Villarreal sólo le faltarían 4 votos para alcanzar la mayoría calificada.

¿Con qué podría convencer el nuevo gobierno morenista a cuatros diputados panistas para apoyar sus iniciativas? con prebendas económicas, políticas o hasta pasar por alto conductas indebidas a aquellos azules que antes de legislar fueron titulares de dependencias estatales como Deportes o Jóvenes, entre otras.

Los operadores morenistas ¿tendrán la capacidad para negociar y alcanzar los 24 votos necesarios para las reformas constitucionales? Tal vez utilizando muchas de las estrategias aplicadas por priistas y tan cuestionadas en la 4T o ¿Dejarán ir la oportunidad con la excusa de que ellos no son iguales?

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